Tema 5. Juegos e Improvisaciones vocales. Flashcards
Improvisaciones vocales. Introducción
Según Violeta Hemsy de Gainza se denomina improvisación a la creación musical instantánea de un individuo o de todo un grupo. El mismo término designa tanto el hecho como el resultado. Para esta pedagoga musical contemporánea existe un paralelismo entre el lenguaje hablado y la improvisación, ya que ambos son formas de comunicación espontáneas.
La improvisación es una forma de expresión musical creativa, libre y espontánea. El tipo de actividad desarrollada en la improvisación la hace asimilable al juego. La improvisación puede ser libre o bien sugerida a través de una consigna o de un modelo. En ambos casos es factible que exista un apoyo armónico que dirija u oriente el resultado final.
Improvisación anterior a la Edad Media
Aunque no conocemos datos precisos sobre la improvisación en la ejecución musical anterior a la Edad Media, podemos suponer que existía y que era de tipo heterofonico, esto es, el instrumentista realizaba su improvisación adornando la línea melódica. La expresión musical mágico religiosa más primitiva también registraría la improvisación vocal casi con total seguridad.
Improvisación en la Edad Media
En la Edad Media era habitual la práctica llamada “discantus supra librum”, en la que la voz superior improvisaba sobre la melodía escrita en el facistol. En cuanto a la labor de los juglares, es de suponer algún tipo de improvisación heterofónica y, en numerosas ocasiones, de letra (el fenómeno de cambio de letra respetando la música se conoce como contrafacta). En el canto llano la improvisación se dejaba para el “Jubilus”, fragmento final del aleluya. Hoy día casi todos los autores reconocen su función en el nacimiento de las primeras formas de polifonía. Otros ejemplos de improvisación los tenemos en los tropos, añadido de nuevos textos y/o música a las partes más melismáticas.
Improvisación en el Barroco
En el Barroco la fórmula más usual de improvisación es la ornamentación, pero el valor de la armonía es tal que se desarrolla un acompañamiento en acordes improvisados por instrumentos polifónicos sobre una línea melódica cifrada. La práctica de esos acordes “improvisados” se conoció como “bajo continuo”.
Pedagogos que tratan la improvisación:
Dalcroze, Orff, Martenot, Murray-Schafer y Willems
La improvisación para Dalcroze
Es una expresión directa de la vida. Defiende la participación activa del individuo en la música. La improvisación rítmica y corporal implica conexión entre órdenes cerebrales y impulsos musculares, con el fin de expresar los sentimientos musicales. El desarrollo de la música no debe basarse en la imitación del docente, sino en el desarrollo de la memoria, imaginación y sensibilidad del alumnado. Concede gran valor a la improvisación en el piano, a partir de los diferentes estilos de la historia de la música. La improvisación debe conjuntar los aspectos musicales y humanos, es decir, la educación del sistema nervioso y del pensamiento y sentimiento.
Los principios sobre improvisación que aparecen en “Schulwerk” de Orff fueron desarrollados por:
Jos Wuytack
A la hora de tratar la improvisación, Martenot cita a:
Chevais y Willems. Considera, al igual que ellos, que la improvisación en música nace de la necesidad de crear, expresar y comunicar. Si leer en voz alta no es hablar, la lectura de la música no puede equivaler al habla: “hablar”, musicalmente, es improvisar, como un acto creativo y espontáneo.
Murray-Schafer y la improvisación.
Su figura es fundamental a la hora de conectar la música contemporánea con el campo educativo. Como compositor y pedagogo se basa en la exploración sonora y la dualidad sonido-ruido.
Murray-Schafer opina que el proceso creativo no es únicamente musical, sino que abarca las demás artes a través de la música. Las enseñanzas pueden reducirse a dos grupos: las que satisfacen la necesidad de adquirir conocimientos y las que procuran la autoexpresión. Siendo la música una de estas últimas al ser una materia expresiva, el papel de la docencia no ha de ser el tener todas las respuestas, sino el de motivar las respuestas por parte de los alumnos y alumnas. A partir de una pregunta del profesorado el alumnado debe comenzar el proceso creativo.
Hemos de tener en cuenta, por su propia idea de entorno sonoro, que la creación para Murray-Schafer no es únicamente musical (en cuanto a ritmo, melodía o armonía) sino sonora (silencio-ruido).
¿Para quién es fundamental la creatividad?
Para Willems, como hecho a partir del cual se puede despertar la vida interior.
¿Quién considera que la improvisación usando el nombre de las notas plantea grandes ventajas?
Willems
Improvisación en el Renacimiento
Durante el Renacimiento, la improvisación instrumental y vocal se producía de manera heterofónica; en el siglo XVI comienzan a aparecer los primeros tratados de ornamentación.
Improvisación en los siglos XVIII y XIX
La ornamentación, sobre todo la vocal, llegó a extremos tan exagerados que se produjo una evolución hacia la sobriedad en el adorno; durante el Preclasicismo disminuye su función, quedando en el Clasicismo relegada a una parte del concierto, la “cadenza”, donde el ejecutante podía demostrar sus dotes creativas. Idéntica práctica se mantuvo en el siglo XIX.
Improvisación en el siglo XX
Durante el siglo XX se llega a una mayor libertad improvisatoria. Algunos tipos de música contemporánea parten de la creatividad; en la música aleatoria se le plantean al ejecutante una serie de caminos a seguir en la partitura, con lo que las posibilidades de ejecución son variadas. Por otra parte, nace el problema de la indeterminación en la grafía: sustituida la grafía convencional por otros sistemas gráficos más libres, algunas obras llegan a ser auténticas obras de arte de tipo plástico, pero pierden concreción en su ejecución, ya que su interpretación será diferente según la entienda el ejecutante. A estos principios sumaremos los efectos de la improvisación en el jazz (desde el “swing” más clásico hasta el “free”).
Introducción Tema 5. Juegos e improvisaciones vocales
Los psicólogos y educadores conceden una gran importancia al juego, como una herramienta imprescindible en el proceso educativo de los escolares. El profesor de música debe ser, ante todo, un activador y catalizador de las respuestas musicales de sus alumnos. Así, en todas las corrientes pedagógico-musicales de nuestro siglo encontramos una premisa previa: el aspecto lúdico que presenta la didáctica musical.
La improvisación instrumental y la vocal reúnen las características del juego y contiene todos sus rasgos fundamentales. Refiriéndonos a la improvisación en el aula, podemos fijar como punto de partida la siguiente consigna a nuestros alumnos: Improvisar es como hablar, a hablar se aprende hablando, por tanto, a improvisar se aprende improvisando.