Tema 13. Música y Danza. Folklóricas, históricas y de salón Flashcards
Evolución de la danza. De las representaciones pictóricas prehistóricas al siglo XVIII
Las primeras representaciones iconográficas conocidas son prehistóricas, y se conservan en las pinturas rupestres de Cogull (España) y de Tassili (Sahara). La danza era una práctica habitual entre los judíos, tal y como narra la Biblia, tanto desde el punto de vista profano como sacro.
La danza ceremonial era conocida y practicada en el Egipto faraónico, e incluso se tienen datos que provienen del segundo milenio a.C. La danza profana compartió importancia con la sagrada, y era habitual especialmente en la corte y en las ceremonias sociales, tal y como conocemos por las pinturas de la necrópolis de Tebas (sobre el 1.400 a.C).
Ese mismo origen religioso es propio de Grecia, siendo conocidas las gimnopedias y las emelias. También existían danzas sociales, siempre bajo el ideal de belleza propio de su civilización. Las representaciones iconográficas son habituales en la cerámica, con especial atención a los bailes de las Ménades, así como a los sátiros y bacantes de la corte de Dionisio. El proceso de separación de las artes que se da como resultado de la exaltación del drama (V-VI a.C) fue negativo para la danza, ya que su práctica no es posible sin la de la música. Durante el periodo helénico estuvo influida por elementos orientales, debido a la presión cultural que supuso la conquista asiática de Alejandro Magno. A la muerte de éste, disminuyó el interés por la danza, siendo considerada tan solo un entretenimiento.
De Grecia la danza pasa a Roma, que prefirió las formas representativas del histrión (mimo) y la pantomima, siendo heredada por el cristianismo, que la introdujo inicialmente en las ceremonias litúrgicas, para luego desterrarla como pagana y pecaminosa.
Durante la Edad Media se desarrolla enormemente la danza profana, con significados rituales y mágicos gran parte de las veces. En el Renacimiento pasan a convertirse en un tipo de entretenimiento social, con gran atención a la indumentaria y a otros usos sociales, con profusión de tipos y variedades. A partir de esa fecha, las danzas de corte se estructuran en suites, extendiéndose los tipos por todo el continente europeo durante los siglos XVII y XVIII.
Clasificación de las danzas
La clasificación de las danzas más extendida las sitúa en tres categorías:
- De diversión: son las más numerosas, y se dividen a su vez en bailes por parejas mixtas o en grupo. Las de pareja mixta pueden incluir en ocasiones cambio de pareja. La distribución espacial de los danzantes puede ser diversa: en círculo, círculo de parejas, filas, etc.
- Representativas: son aquellas relacionadas con el aspecto teatral, bien sean de tipo religioso o profano. Entre los primeros destacan en nuestro suelo las alegorías de la lucha entre el bien y el mal (la Coca en Redondela, Galicia, la Tarasca en Andalucía…); de los segundos destacaremos los de Moros y Cristianos y los de Gigantes y Cabezudos.
- Rituales: su vinculación mágico-religiosa y pagana es evidente, y están en relación con los ritos de paso. Uno de los tipos más presentes son las danzas hipotalámicas o de bodas, pero también son importantes las referentes a la pubertad, entre las que se sitúan las danzas de palos y de espadas, así como las relacionadas con la muerte.
Otras posibles clasificaciones parten de:
- Disposición a seguir (corro, línea recta…).
- Número de participantes (dúo, trío… por parejas, por tríos… colectiva)
- Forma de tomarse los bailarines (agarrados, sueltos, por la cintura, de las manos…).
- Acompañamiento musical (vocal, instrumental…).
- Lugar del baile (salón, escena, calle, plazas…).
Didáctica de la danza
La danza posee las ventajas propias de cualquier movimiento musical (interiorización de conceptos rítmicos y psicomotrices), además de facilitar la compresión de la forma musical. Dado un esquema formal, cada parte puede estar asociada a un movimiento específico, de manera que sea fácil y divertido reconocerla a través del baile.
El recurso de aprendizaje más habitual es la imitación. Los pasos de la coreografía serán realizados en primer lugar por el profesorado. En caso de plantear una disposición en filas se hará en espejo, o en todo caso, de espaldas. Si el alumnado está dispuesto en corro, la docencia efectuará los pasos para todos.
Los bailes que se realicen han de estar acordes con la edad del alumnado, tanto desde el punto de vista cognoscitivo como de posibilidad de realización psicomotora, de disposición espacial, y de relación social entre los participantes.
En el aprendizaje se han de contemplar otros aspectos, como la vestimenta, motivo de la danza, país de procedencia, instrumentos empleados, géneros o tipos formales… llegando a una globalización sobre la actividad, de manera que se trate de forma interdisciplinar e incidiendo en los elementos transversales.
La música de la danza también es un detalle importante. Podemos realizar canto, práctica instrumental, o audición sobre ella; en otros casos es factible una interpretación simultánea con el grupo instrumental, dividiendo el grupo en danzarines y ejecutantes. En estos casos, previamente todos tocarán y bailarán, para luego realizar la coreografía en conjunto con el apoyo musical. De esta manera, el alumnado aprenderá mejor la relación entre la danza y la música, además de estar ocupado en cada caso, y ser su formación mucho más completa.
Pedagogías sobre la danza
Las distintas formas de danza han sido ampliamente tratadas en las pedagogías musicales del XX, especialmente por la metodología de Orff. Gracias al baile pueden interiorizarse los elementos musicales, sobre todo rítmicos, así como apoyar el estudio instrumental y vocal, integrando danzas a otras facetas de la educación musical. Pero el papel más destacado otorgado al baile popular parte del acercamiento a otras culturas, desarrollando la afectividad, expresión y sensibilidad, sin olvidar otros aspectos más generales de la educación secundaria obligatoria (socialización, comunidad, trabajo en equipo, valoración de su cultura…).
Danzas folklóricas
La ejecución de bailes de otros países acerca al alumnado a otras culturas, a formas de relación social diferentes, así como a ritmos y escalas característicos. La cantidad de tipos es tan enorme que sería imposible resumirlas aquí. Sin embargo, mencionaremos sus características comunes, y algunos ejemplos que puedan resultar clarificadores.
Danzas folklóricas África
Las danzas africanas se conocen genéricamente bajo el nombre de tam-tams. Su planteamiento parte de la búsqueda del éxtasis colectivo, a través de situaciones que oscilan entre el delirio y el sufrimiento, llegando en ocasiones hasta la extenuación; por ello no resultan fáciles de comprender para la mente occidental. El carácter de estas danzas es mágico y ritual. Los bailes suelen ser colectivos o solitarios, siendo en estos casos ejecutados por el hechicero.
Danzas folklóricas América
El origen de las danzas americanas es mágico-religioso. A partir de la conquista, a Iberoamérica se trasladaron y modificaron los bailes españoles, dando lugar a los tipos más extendidos en cada zona; entre ellos podemos citar el “corrido” y la “ranchera” mexicanos, la “rumba” y el “mambo” cubanos, el “torbellino” colombiano, y la “vidala” uruguaya. La influencia africana se ha hecho sentir en la presencia de síncopas y un componente rítmico destacado; ejemplos de ello son la “marinera” peruana, y la “cueca” chilena.
En los Estados Unidos se han consolidado formas europeas diversas, portadas por los colonizadores, aunque la influencia africana ha sido muy importante, como es detectable en el “charleston”, y otras formas posteriores influidas por el jazz, como el “boogie-boogie”, o el “swing”.
Danzas folkloricas. Oceanía
Las danzas tribales comparten las características primitivas de las africanas. En cuanto a las danzas de zonas de civilización más avanzada solo se puede comentar que son en todo reflejo de las europeas que portaron los colonizadores.
Danzas folklóricas. Europa
A pesar de la enorme variedad, lógica en el crisol de culturas que se encuentran presentes en el continente, las danzas europeas poseen un fondo común, especialmente en lo que se refiere al uso de piernas y pies y a la primacía de las coreografías de conjunto sobre las individuales. En realidad, y por las circunstancias sociales ya expuestas, es prácticamente imposible describirlos en su totalidad.
Danzas folklóricas. Asia
Desde un punto de vista general podemos afirmar que las danzas asiáticas están dominadas por el prisma melódico de su música, por lo que tienen un significado ritual y religioso, que se manifiesta a lo largo de los siglos. Los movimientos más importantes se centran en la cabeza, brazos y manos, y no en las piernas y pies como es habitual en Europa; estos movimientos forman parte de un complejo lenguaje con significado intrínseco, propio de las manifestaciones plástico-corporales a lo largo de miles de años.
En la India estos gestos se conocen como “mudras”, y cada posición, sobretodo de las manos, tiene un significado concreto. Su influencia es evidente en Tailandia, Vietnam, Camboya, Java, Sumatra y Bali.
Danzas históricas
A pesar de la cantidad de danzas recogidas a lo largo de la historia, es difícil conocer los pasos de las anteriores al siglo XV. Muchos son los autores que coinciden al afirmar que los pasos eran improvisados por los instrumentistas mientras tocaban, aunque es verdad que conocemos representaciones gráficas de bailes que pueden poner en duda esta aseveración.
Danzas históricas. Edad Media
Branle: en principio, las branles eran danzas en círculo abierto, con los danzarines dispuestos sin seguir un orden de parejas. Es probable un origen ritual en estas danzas. No existen datos concretos sobre las características de los branles antiguos, ya que la descripción de los pasos corresponde al tratado de Arbeau (1539)
Estampie: Las primeras menciones a la estampie aparecen en los finales del siglo XII y en los inicios del XIII. Se ignora el origen de su nombre, que podría venir dado por el nombre de la poesía del texto cantado, o bien derivado del latín “stampare”, haciendo referencia a la forma de marcar el pulso con el pie. Casi todas las referencias medievales a esta danza la sitúan como música de baile interpretada con instrumentos. Según Curt Sachs (1937) la estampie podría ser una danza más bien lenta, ya que aparece emparentada en las fuentes con el saltarello (como la haría la pavana con la gallarda posteriormente). En cuanto a su estructura, según los escritos de Grocheo (inicios del XIV) constaban de una serie de frases con final no conclusivo, cada una de las cuales era repetida con un final conclusivo; el número de frases variaba entre cuatro y siete.
Danzas históricas. Renacimiento
La rotta: La danza más antigua, ya conocida y practicada durante el siglo XIV, es la llamada “rotta”, que debe su nombre al instrumento característico del “trecento”. De ritmo binario, los bailarines se disponían en un corro alternando damas y caballeros, agarrando las manos colocadas a la altura de los hombros, y en el movimiento se desplazan lateralmente, mirando hacia el centro del círculo. En su origen se trata de una danza popular, compartida por la nobleza.
La “Basse dance” La “baja danza” era una danza realizada por parejas y practicada desde mediados del XV. Los pies se deslizaban por el suelo (quizás de ahí su nombre, en oposición a la “alta danza” o “saltarello”), de manera lenta y ceremoniosa. Se realizaba en ritmo ternario, correspondiendo a cada compás un paso; la disposición de los bailarines era en filas de parejas, tomadas de la mano arriba, con la dama a la derecha, mientras la mano izquierda de los hombres se apoyaba en la cintura, y la derecha de las damas tomando la falda. Las tres partes de la danza eran llamadas “basse dance”, “retour” y “tordion”, siendo esta última realmente una gallarda. En muchos casos la música era improvisada por los ministriles, a partir de un patrón preexistente más o menos estable. Las “basses dances” se basaban en cinco movimientos principales: “révérence”, “branle”, “simple”, “double” y “reprise”.
La pavana tenía ritmo binario, y era de carácter noble y majestuoso. De origen italiano, la disposición de los bailarines era en todo similar a la habitual en la “basse dance”. Los pasos se basaban en una sucesión ordenada de dos simples y un doble, comenzando por el pie izquierdo.
La “pavana española” se inicia con dos simples, pero combina con ellos el salto con el pie izquierdo extendido en el aire, a continuación, el derecho, y cruce de pie izquierdo; también era común reemplazar estos gestos por otros diferentes.
La gallarda, de origen francés, es una danza de ritmo ternario y movimiento vivo. En la “gallarda” se levantaba el pie y se cruzaba por delante de la otra pierna, siguiendo los pasos: cruzar izquierdo (1ª breve), izquierdo (2ª), derecho (3ª), derecho (4ª), mantener (5ª), y bajar (6ª), quedando con los talones juntos y el cuerpo ligeramente a la izquierda. Existe una importante variedad de pasos según la obra de que se tratase.
El branle fue una danza francesa realizada en corro parecida a la gavota, quizás derivada de la “basse dance”, pero en ritmo binario. Por tanto, la disposición de los bailarines no es de en filas de parejas quedando de lado uno respecto del otro, sino en corro, alternando en la colocación damas y caballeros. Las manos se mantenían agarradas arriba, y los movimientos, además de la reverencia habitual, se basaban en la alternancia de pasos simples y dobles.
Danzas históricas. Barroco. 1. Generalidades
La música de danza ejecutada en el Barroco era de dos tipos: danzas renacentistas que habían sobrevivido desde el siglo anterior o bien danzas aparecidas en el XVII. Las danzas de sociedad se realizaban en series de dos, agrupando ritmos similares, llamadas “danzas de pasos” si el ritmo era binario y el movimiento moderado, y “danzas de saltos”, si eran ternarios y rápidos. La idea de transformar la primera danza para dar lugar a la segunda se hace práctica habitual, y es denominado “par variado”. Paulatinamente desaparece la combinación “pavana”-“gallarda” en pro de la combinación “allemande”- “courante”. Se mantienen algunos tipos de branle, la zarabanda y el canario.
Con el paso del tiempo las danzas se agruparon en suites de danzas, ejecutándose seguidas. Prácticamente todos los tratados técnico-instrumentales dedican un apartado destacado a la ejecución de danzas. La difusión internacional de la guitarra española, especialmente en Francia e Italia, se debe en gran medida a estos tratados, y al concepto de “tocar a lo español”, es decir, rasgueando a partir de un pequeño número de acordes, lo que facilitaba más la práctica que el acostumbrado punteo de laúd.
Danzas históricas. Barroco. 2. Ejemplos de danzas
La “pavana” aparece como danza inicial en las “suites” a inicios del XVII, pero con posterioridad fue sustituida por la “allemande”, moderada y en 4/4.
La “courante” es similar al “saltarello”, y reemplazó a la “gallarda” como integrante de la suite, situándose después de la “allemande”; es una danza saltada y rápida.
La “zarabanda” en su origen es una danza en ternario, caracterizada por la prolongación del primer tiempo sobre el segundo a través de puntillo; de carácter alegre, era realizada por parejas mixtas. En el XVII experimentó una transformación, ganando en grandeza y pasando a un movimiento lento, integrándose en la suite como tercera danza.
La “giga” es una danza de origen irlandés, en 3/8, 6/8 o12/8 y ritmo vivo, que debe su nombre al instrumento con el que se tocaba. Se extendió por toda Europa, pasando a formar parte de la suite como cuarta y última danza.
El minué al que se hace referencia aquí es el de estructura binaria y carácter elegante. Cada minué consta de dos frases de ocho compases, repetidas. La presentación habitual es de minué I - minué II - minué I, interpretándose el primero en la última ocasión sin repeticiones. El minué II, llamado “trío” (quizás por la costumbre de ser interpretado por tres instrumentistas), posee la misma tonalidad, pero cambia el modo.
Sobre los términos “pasacalle” (“passacaglia”) y “chacona” existe bastante confusión. Vicent d´Indy señala que la chacona se basa en una serie de variaciones melódicas u ornamentadas y el pasacalle en variaciones armónico contrapuntísticas. Sea como fuere, la chacona se basa en un ostinato sobre un tetracordo descendente.
La “polonesa” es una danza en tiempo binario, y a partir del XVIII en ternario.
La “mazurca” es también una danza polaca de ritmo ternario, que acentúa el segundo y tercer tiempo. El nombre deriva de su origen, al ser la propia de los habitantes de Mazurskie (Polonia). Se extendió por Europa durante el siglo XIX, en forma de danza de salón en la que las parejas de ejecutantes realizaban diferentes figuras.