Enfermedad coronaria Flashcards
Introducción y vacularización cardíaca
Las enfermedades cardiovasculares constituyen la primera causa de muerte en todo el mundo. En España estas enfermedades también son la causa más frecuente de muerte (45%), manifestándose clínicamente como cardiopatía isquémica, accidente cerebrovascular y arteriopatía periférica.
El drenaje venoso del miocardio se lleva a cabo a través de las venas coronarias, que están distribuidas en dos sistemas:
- Seno coronario. Situado en el surco auriculoventricular posterior izquierdo y que desemboca en la AD baja, cerca del anillo tricúspide, recoge la mayor parte del drenaje venoso dellado izquierdo.
- Orificios independientes del seno coronario. Recogen sangre del VD, desembocando directamente en la AD (venas de Tebesio).
Efectos de la isquemia miocárdica
Cascada isquémica
Es la sucesión de acontecimientos inducidos por la Isquemia coronaria. Cuando de forma experimental se infla un balón de angioplastia en una arteria coronaria, se produce en pocos segundos un deterioro de la función diastólica, seguido rápidamente de deterioro sistólico. Los cambios en el ECG aparecen en unos 20 segundos y la angina, si llega a producirse, aparece a los 25 a 30 segundos.
Alteración de la función miocárdica
Los cambios en el estado de equilibrio iónico en reposo deterioran la función contráctil: primero se compromete la capacidad del miocardio para relajarse, esto es, la función diastólica, que es más sensible a la isquemia que la sistólica; posteriormente, se afecta la contractilidad (función sistólica). Si la isquemia afecta a los músculos papilares, se puede producir insuficiencia mitral.
Las repercusiones sobre el miocardio dependen de la duración e intensidad de la isquemia, así como de otros factores (presencia de flujo por colaterales), y se clasifican en:
- Miocardio no viable: Necrosis. Producido por una oclusión completa de suficiente duración y sin flujo colateral. El miocardio degenera en un tejido cicatricial, adelgazado, sin capacidad contráctil y sin posibilidades de recuperación.
- Miocardio viable. La isquemia ha producido una alteración en la contractilidad (acinesia o hipocinesia), pero sigue siendo miocardio vivo (viable), de modo que la reperfusión-revascularización (mediante angio-plastia o con cirugía de bypass) del vaso permitirá su recuperación contráctil. Esto se puede producir en dos situaciones:
- Miocardio hibernado. En algunos pacientes con estenosis coronarias graves crónicas, el miocardio dependiente de esa arteria no se necrosa, pero deja de contraerse para consumir la menor cantidad posible de oxígeno.
- Miocardio aturdido. Se produce cuando la arteria coronaria que lo irriga se ocluye de forma aguda, y tras estar un tiempo ocluida (habitualmente pocas horas), se recanaliza. Si esta arteria continúa permeable, el miocardio aturdido también recupera su contractilidad en el plazo de unos días o semanas.
La técnica de elección para el estudio de la viabilidad miocárdica es la resonancia cardíaca. Las pruebas de detección de isquemia (eco de estrés, técnicas de isótopos y RM de estrés) pueden evaluar la repercusión isquémica sobre la función miocárdica mediante la provocación con ejercicio o fármacos, y valorar la viabilidad en función de la reversibilidad de dichas alteraciones.
Síntomas
- Aparición del típico dolor anginoso o sus equivalentes.
- La disnea puede ser un equivalente anginoso (característico en pacientes ancianos o diabéticos) o expresar insuficiencia cardíaca secundaria a la disfunción ventricular isquémica o a la insuficiencia mitral.
Alteraciones electrocardiográficas
Durante los episodios isquémicos se producen alteraciones electrocardiográficas características que afectan a la repolarización (segmento ST y onda T). La zona más sensible a la isquemia es la subendocárdica (más alejada de las coronarias epicárdicas). Cuando la afectación es subepicárdica es lo mismo que decir que es transmural (afecta a todo el espesor miocárdico).
En función de la duración de la oclusión coronaria aparecen sucesivamente isquemia (cambios en onda T), corriente de lesión (segmento ST) y, finalmente, necrosis (aparición de onda Q).
Clínica de la angina estable
La angina es la traducción clínica de una isquemia miocárdica transitoria, siendo su causa más frecuente la aterosclerosis coronaria. El paciente característico es un varón de más de 50 años, con factores de riesgo coronario que presenta, cuando realiza ejercicio de una determinada intensidad o padece estrés emocional, opresión retroesternal que comienza progresivamente y desaparece paulatinamente con el reposo o la nitroglicerina sublingual, durando los episodios generalmente menos de 10 minutos.
Lo más característico de la angina estable es que esta clínica aparece siempre con esfuerzos de intensidad parecida en cada paciente. La clasificación de la Canadian Cardiovascular Society (CCS) se emplea para determinar dicho nivel de esfuerzo
Clínica de la angina inestable
Cuando en un paciente con angina estable los episodios comienzan a aparecer al permanecer en reposo o se hacen más prolongados (hasta 20 minutos), o aparecen de forma más intensa, con esfuerzos progresivamente menores a lo largo de 4 semanas, se dice que la angina “se ha inestabilizado” y se conoce como “angina inestable”. Asimismo, se considera angina inestable la que siendo de reciente comienzo (2 meses desde el episodio inicial) produce una marcada limitación en la actividad habitual del paciente.
Diagnóstico diferencial del dolor torácico
Algoritmo general para angina estable
Pruebas de laboratorio y Rx de tórax en la enfermedad coronaria
Pruebas de laboratorio
Suele haber alteraciones debidas a la presencia de factores de riesgo de la aterosclerosis. En la evaluación inicial de un paciente con angina de esfuerzo se recomienda realizar perfil lipídico, glucemia en ayunas (ambos deben realizarse periódicamente), hemograma completo y creatinina sérica. Si se sospecha inestabilidad, deben determinarse los marcadores de necrosis (troponinas).
Radiografía torácica
Se indicará cuando haya sospecha de insuficiencia cardíaca o ante la presencia de signos de enfermedad pulmonar. Con ella pueden detectarse cardiomegalia, datos de insuficiencia cardíaca, aneurismas ventriculares, etc.
ECG en la enfermedad coronaria
En todos los pacientes con sospecha de cardiopatía isquémica debe realizarse un ECG estándar de 12 derivaciones en reposo, ya que por la información que proporciona se considera que, tras la anamnesis del dolor torácico, ocupa el segundo lugar en el orden de pruebas diagnósticas a realizar. Al analizarlo debe tenerse en cuenta que la sensibilidad y especificidad del ECG no es absoluta:
- Un ECG normal no excluye el diagnóstico de enfermedad coronaria, pues resulta normal en el 5O% de los pacientes anginosos fuera de las crisis de dolor, incluso en pacientes con angina grave y enfermedad coronaria extensa.
- Un ECG patológico no indica necesariamente la existencia de enfermedad coronaria, pues alteraciones de la repolarización pueden aparecer en situaciones diferentes como en pericarditis, hipertrofia ventricular izquierda, preexcitación, anomalías electrolíticas, fármacos, como la digoxina y antiarrítmicos, hiperventilación y otras muchas más.
En conclusión hay que ser cauto en el análisis electrocardiográfico e interpretarlo conjuntamente con la información clínica disponible. Obtener un ECG durante y después del dolor torácico es especialmente útil, pues la presencia de cambios isquémicos (ascenso o descenso del segmento ST y/o aplanamiento, inversión o positivización de la onda T si era negativa basalmente) reversibles documenta la isquemia e identifica a un grupo de pacientes con mayor riesgo.
Ergonometría en enfermedad coronaria
Es la prueba de detección de isquemia coronaria más accesible yamplia-mente utilizada. Su objetivo es provocar una isquemia miocárdica aumentando la demanda de oxígeno con el esfuerzo físico progresivo y evaluar la respuesta clínica (aparición de síntomas), ECG (cambios isquémicos) y de presión arterial.
En la interpretación de la prueba habrá que tener en cuenta:
- Clínica. Si durante la realización del ejercicio el paciente presenta angina, significa que la prueba ha sido clínicamente positiva.
- ECG. Si durante la prueba el paciente presenta alteraciones en el ECG sugerentes de isquemia, se considerará una prueba eléctricamentepositiva. Las alteraciones en el ECG que se consideran diagnósticas son la depresión o la elevación del segmento ST (las alteraciones de la onda T no tienen valor diagnóstico). Se considera positivo un descenso mayor de1 mm, medido a 80 ms del punto “J”. Las derivaciones más sensibles son V4-V5. La extensión (número de derivaciones afectadas), magnitud (mm), y el tiempo de aparición y desaparición de los cambios ECG se relaciona con el pronóstico. Existen alteraciones del ECG que impiden la correcta valoración de las alteraciones eléctricas, como bloqueo de rama izquierda, estimulación ventricular con marcapasos, preexcitación, hipertrofia ventricular o cubeta digitálica. Son pruebas eléctricamente indeterminadas.
Una ergometría concluyente quiere decir que se pueden extraer conclusiones de la prueba. Se considera concluyente una ergometría que ha resultadopositiva o cuando es negativa tras haber alcanza un nivel de esfuerzo suficiente: 85% de la frecuencia cardíaca máxima teórica (220 menos la edad del paciente), ya que proporciona una estimación del momento en que elpaciente alcanza el consumo pico de oxígeno durante elesfuerzo. Por debajo de ese umbral, se considera que la prueba no es concluyente o diagnóstica, ya que el nivel de ejercicio alcanzado es inadecuado para valorar la reserva cardíaca e inducir isquemia.
La sensibilidad global de la prueba de esfuerzo varía entre un 56% y un 81% y la especificidad entre un 72% y un 96%. La sensibilidad aumenta conformelo hace la sintomatología y la gravedad de las lesiones, de tal modo que se alcanzan valores de sensibilidad muy altos en la enfermedad del tronco coronario izquierdo y en la de multivaso (entre el 73% y el 100%) en contraposición con la sensibilidad de un 25-60% que arroja la enfermedad de unvaso. El número de resultados fa lsos positivos o fa lsos negativos representaun 15%, y esto depende de la probabilidad pretest de la persona de tenerla enfermedad. En definitiva, su máxima utilidad y potencialdiagnóstico se obtendrá en poblaciones con probabilidad pretest moderada de cardiopatía isquémica, ya que en estos pacientes un resultado positivo aumenta de forma significativa la probabilidad pretest de cardiopatía isquémica, y un resultado negativo la reduce significativamente. En cambio, con probabilidades pretest muy altas o muy bajas de enfermedad, una prueba de esfuerzo normal o anormal no altera de forma significativa la probabilidad pretest de cardiopatía isquémica.
Algunos datos de la prueba de esfuerzo aportan información sobre un peorpronóstico (Tabla 44). También se han desarrollado algunos índices como la escala de Duke que intentan cuantificar el riesgo de mortalidad de acuerdo con los resultados obtenidos en la ergometría.
Las contraindicaciones se recogen en la Tabla 45. Además, en pacientes que no son capaces de realizar esfuerzo físico (edad avanzada, cojera, claudicación intermitente…) o que presentan alteraciones ECG basales que impiden la interpretación, está indicada la realización de técnicas de imagen con ecocardiografía, isótopos o RM.
Ecocardiografía de estrés / reposo en enfermedad coronaria
Una ecocardiografía en estrés se realiza durante estrés inducido por una de estas dos opciones:
- Ejercicio (similar a ergometría). Método de elección, ya que al ser fisiológico es el que aporta más información e induce una mayor carga de esfuerzo.
- Farmacológico. En aquellos pacientes que no puedan realizar esfuerzo suficiente. Las opciones disponibles son:
- Dobutamina: inotrópico positivo. Al aumentar la demanda miocárdica de oxígeno produce isquemia en aquellas zonas que tienen comprometido el aporte sanguíneo.
- Dipiridamol o adenosina: producen vasodilatación en las arterias coronarias sanas a costa de disminuir el flujo a través de las que tienen éste comprometido por estenosis (robo coronario).
Sea con el ejercicio, con dobutamina o con dipiridamol, si aparecen alteraciones de la contractilidad que basalmente no existían, se puede decir que las arterias responsables de la irrigación de estas zonas tienen un flujo comprometido, y la prueba entonces será ecocardiográficamente positiva en ese territorio. Su sensibilidad y especificidad rondan el 80-85% en la actualidad, por tanto, superior a la ergometría convencional.
Las contraindicaciones para la administración de dipiridamol o adenosina son hiperreactividad bronquial y alteraciones graves de la conducción AV, antagonizándose sus efectos secundarios con aminofilina. Las contraindicaciones relativas de la dobutamina incluyen arritmias auriculares y ventriculares, hipertensión grave no controlada y obstrucción hemodinámicamente significativa en el tracto de salida del VI.
La ecocardiografía en reposo es una herramienta diagnóstica muy versátil para la evaluación y el manejo de pacientes con cardiopatía isquémica, pues permite estimar la fracción de eyección ventricular, analizar la contractilidad segmentaria, diagnosticar otras cardiopatías de origen no coronario capaces de producir isquemia y angina como la estenosis aórtica y la miocardiopatía hipertrófica.
Coronariografía
Consiste en la visualización radiográfica de las arterias coronarias al inyectar un medio de contraste radiopaco. Es la técnica de referencia para el diagnóstico y la valoración del grado de severidad anatómica de la enfermedad coronaria, permitiendo así poder tomar decisiones terapéuticas de revascularización.
A pesar de ser una exploración invasiva, el riesgo de complicaciones es bajo en la actualidad (mortalidad del 0,11% y complicaciones importantes inferiores al 2%).
Las indicaciones para su realización se enumeran en la Tabla 46, aunque de forma resumida se podría decir que se reserva para los pacientes con síntomas limitantes a pesar de tratamiento médico y para los pacientes con datos sugerentes de un pronóstico desfavorable. Se considera angiográficamente significativa una lesión coronaria cuando la estenosis es mayor del 70% de la luz, menos en el tronco de la coronaria izquierda en que basta con una estenosis igual o mayor del 50%.
Por su parte, la guía de presión permite evaluar la repercusión funcional de una determinada estenosis coronaria. La medición de la reserva fraccional de flujo miocárdico se define como la relación entre el flujo coronario máximo cuando hay estenosis y el flujo coronario máximo que tendría si no la hubiera, y se calcula midiendo la presión que hay distalmente a la estenosis y en la aorta en condiciones de hiperemia. Un valor de la reserva fraccional de flujo miocárdico > 0,8 se asocia a un buen pronóstico con tratamiento médico conservador, y un valor < 0,75-0,8 se asocia a isquemia y, por tanto, a indicación de revascularización.
Los resultados de la coronariografía permiten una estratificación pronóstica, disminuyendo la supervivencia conforme más vasos estén afectados y menor sea la función ventricular. La mortalidad anual registrada en los pacientes tratados médicamente fue del 2% en enfermedad de un vaso, 4% en dos vasos, 7,5% en tres vasos y 10% en enfermedad del tronco coronario izquierdo. Por el contrario, la ausencia de lesiones coronarias o lesiones inferiores al 50% implica un pronóstico excelente con supervivencias mayores del 90% a 10 años.
Angiotomografía computerizada coronaria
La TC multicorte permite valorar la anatomía coronaria sin necesidad de cateterismo cardíaco. No obstante, todavía hay limitaciones para la correcta cuantificación de las lesiones coronarias (como presencia de calcificación coronaria, que se estima mediante una puntuación de Agatston elevada). Además, si existen y se indica revascularización percutánea, la angiografía coronaria convencional todavía es necesaria y se somete al paciente al doble de radiación y de contraste. Por tanto, el mayor valor de esta técnica es la identificación de ausencia de lesiones coronarias, por lo que actualmente su utilidad en la valoración del paciente con angina es poca y debe reservarse para los pacientes con bajo riesgo pretest de presentar lesiones coronarias.
Tratamiento médico de la angina estable
Como en cualquier otra patología médica, el tratamiento de la cardiopa-tía isquémica crónica tiene dos objetivos principales: aumentar la super- vivencia y el control de los síntomas con la consiguiente mejoría en la calidad de vida. En la Tabla 47 se recogen las estrategias para uno y otro objetivo.
Dentro del manejo es fundamental fomentar un estilo de vida saludable (ejercicio físico, dieta mediterránea rica en aceite de oliva, nueces, verduras ypescado,abandonodeltabaco, limitarelconsumodealcohol,etc.),realizar un control de los factores de riesgo cardiovascular y evitar desencadenantes (hipertiroidismo, anemia…).
El tratamiento farmacológico incluye:
- Antiagregación. El AAS o aspirina, en dosis de 75-150 mg/día, disminuye la incidencia de síndromes coronarios agudos en pacientes con angina estable. El clopidogrel, en dosis de 75 mg/día, es de elección en pacientes en los que está contraindicada el AAS o no lo toleran. La asociación de inhibidores de la bomba de protones ha demostrado ser eficaz para disminuir las hemorragias digestivas por úlcera péptica. Deben evitarse los inhibidores de la ciclooxigenasa-2 (COX-2) por aumentar los episodios de trombosis coronaria, y si se emplean anti-inflamatorios no esteroideos (AINE) clásicos, se utilizará preferiblemente naproxeno.
- Estatinas. Reducen el riesgo de infarto y la mortalidad, incluso con concentraciones normales de colesterol (debido a efectos antiinflamatorios y antitrombóticos), por lo que han de indicarse a todos los pacientes, y en dosis altas si existe riesgo elevado.
El objetivo de colesterol LDL es inferior a 100 mg/dl (en pacientes de alto riesgo incluso a 70 mg/dl). También son objetivos deseables aumentar el colesterol HDL a valores superiores a 35 mg/dl y reducir los triglicéri-dos a menos de 200 mg/dl.
- lECA. Deben emplearse en los pacientes con angina estable que además padecen diabetes, hipertensión arterial, insuficiencia car- díaca, disfunción ventricular asintomática o si hay antecedente de infarto de miocardio, pues han demostrado mejorar el pronóstico. En ausencia de estos factores, si bien el beneficio pronóstico no está tan establecido, la mayoría de los autores proponen su empleo en todo paciente con enfermedad coronaria confirmada. Se emplean por su beneficio pronóstico, pues sus propiedades antianginosas son escasas o nulas.
- Nitratos. La nitroglicerina sublingual para el alivio inmediato de los síntomas de la angina, o incluso para prevenir los episodios anginosos predecibles, es de gran utilidad, por lo que se debe indicar a los pacientes con angina estable. El paciente debe solicitar asistencia en caso de persistir el dolor más de 10-20 minutos tras la nitroglicerina y conviene que no permanezca de pie tras su empleo por riesgo de hipotensión ortostática. No se ha demostrado beneficio pronóstico con los nitratos de acción prolongada tras el infarto de miocardio, y su eficacia antianginosa no resulta mayor que la de otros fármacos, por lo que se deben emplear únicamente en caso de ineficacia de los B-bloqueantes o asociado a éstos. Conviene recordar la contraindicación para utilizar inhibidores de la fosfodiesterasa-5 (sildenafilo, tadalafilo, vardanafilo) por riesgo de hipotensión potencialmente grave si se emplearon nitratos en las 24 horas previas.
- Ivabradina. Es un inhibidor selectivo de los canales If del nodo sinusal y actúa disminuyendo la frecuencia de descarga del nodo sinusal. Se ha aceptado para el tratamiento sintomático de los pacientes con angina crónica estable en ritmo sinusal a > 70 Ipm, especialmente si presentan insuficiencia cardíaca o disfunción ventricular o tienen contraindicación o intolerancia a los B-bloqueantes. A diferencia de B-bloqueantes y calcioantagonistas, la ivabradina no modifica la presión arterial ni la contractilidad.
- Calcioantagonistas. Verapamilo y diltiazem tienen sobre todo efecto cardioinhibidor (más acusado en verapamilo), por lo que deben emplearse con cuidado en combinación con B-bloqueantes por los efectos depresores aditivos sobre el tejido de conducción y el inotropismo. Las dihidropiridinas producen sobre todo vasodilatación con casi nulo efecto en la contractilidad cardíaca, por lo que pueden usarse junto con B-bloqueantes. De hecho, nifedipino produce taquicardia refleja y puede empeorar el control de la angina, por lo que no se recomienda en general su utilización como monoterapia. Los calcioantagonistas constituyen el tratamiento de elección de la angina de Prinzmetal.
- Ranolazina. Ejerce acciones antianginosas y aumenta la capacidad funcional. Indicada para el tratamiento sintomático de pacientes con angina de pecho estable que no se controlan adecuadamente con la primera línea de terapia o no toleran los B-bloqueantes y los antagonistas del calcio.
Revascularización coronaria
El tratamiento médico óptimo es la primera elección en pacientes con angina estable. Existen dos motivos generales para considerar la revascularización coronaria:
- Parámetros de alto riesgo en las pruebas no invasivas y en la coronariografía que impliquen mejor pronóstico con la revascularización que con la terapia médica en la angina crónica estable.
- Empeoramiento progresivo de los síntomas a pesar de un tratamiento médico óptimo
Existen dos métodos de revascularización: percutánea (angioplastia coranaria transluminal percutánea) o mediante cirugía (bypass).
REVASCULARIZACIÓN PERCUTÁNEA
La angioplastia coronaria transluminal percutánea (ACTP) consiste en introducir a través de una arteria periférica un cateter hueco que se avanza hasta el ostium de las arterias coronarias, a través del que se puede inyectar contraste radioopaco, y se progresa por su luz una guía que avanza un globo cilíndrico de diferentes calibres y longitudes por el interior de las arterias coronarias. Una vez alcanzada la estenosis se infla el balon, con lo que se rompe y dilata la placa de ateroma, desapareciendo o disminuyendo la obstrucción, tras lo que se implanta de rutina uno o varios stents intracoronarios (prótesis generalmente cilíndricas a modo de malla).
El índice de éxitos primarios, es decir, la dilatación adecuada con desaparición de la angina, se logra en más del 90% de los casos.
En cuanto a las complicaciones, presenta una mortalidad inferior al 1%, infarto de miocardio (2-3%), problemas en el sitio de punción, nefrotoxicidad por contraste (puede minimizarse con hidratación correcta), etc. Son más frecuentes en el sexo femenino, en pacientes con disfunción ventricular, enfermedades extracardíacas graves o valvulopatías, así como en casos anatómicamente complejos con estenosis coronarias graves, largas, irregulares, excéntricas y calcificadas.
El implante de stents se puede asociar en el seguimiento a dos problemas:
- Reestenosis. Se produce por un fenómeno de hiperproliferación localde músculo liso y endotelio en la zona sometida a la ACTP que acaba estenosando la luz del vaso nuevamente. Es más frecuente en las personas diabéticas, en las estenosis coronarias complejas o en el caso de una técnica inadecuada. Generalmente su desarrollo es progresivo y se presenta como un cuadro de reaparición de la isquemia y/o la angina, generalmente entre los 3-6 meses posteriores al procedimiento. Aparece hasta en el 30-40% de las ACTP simples con “balón”. Ninguna medida farmacológica sistémica ha probado ser eficaz en la prevención de su aparición. la colocación de los stents disminuye su incidencia hasta el 5-25% de las lesiones tratadas. En la actualidad, los stents liberadores de fármacos (stents recubiertos) que liberan localmente un fármaco antiproliferativo, siendo los más empleados la rapamicina (sirolimús) y sus derivados (everolimús, biolimús o zotarolimús), han logrado disminuir llamativamente la tasa de reestenosis, por lo que su empleo se ha generalizado, especialmente cuando el riesgo de que ésta se desarrolle es elevado. Para tratar la reestenosis o la progresión de la enfermedad se puede repetir el intervencionismo percutáneo con índices de éxito y riesgo similares, aunque la incidencia de reestenosis aumenta con intervenciones posteriores.
- Trombosis. Es secundaria al daño endotelial que produce la ACTP y se extiende en el tiempo el riesgo de aparición si se dificulta la proliferación normal de endotelio (que tapiza la lesión tratada e impide la exposición del material subendotelial al torrente sanguíneo que origina el cuadro) como ocurre al colocar un stent, y más si es liberador de fármacos anti-proliferativos. Se presenta de forma brusca como un síndrome coronario agudo (angina inestable o infarto) en un paciente sometido a una ACTP. Para reducir su incidencia debe emplearse anticoagulación intravenosa durante el procedimiento y posteriormente doble antiagregación (AAS y clopidogrel) durante un mínimo de 1 mes tras el procedimiento si es un stent metálico convencional, o durante 6 meses si se trata de uno liberador de fármacos de nueva generación (al ralentizar la endotelización se prolonga el riesgo de trombosis tardía). Esta pauta de doble antiagregación puede prolongarse o recortarse en función del balance de riesgo trombótico / hemorrágico de cada paciente. Recuérdese que en los síndromes coronarios agudos, independientemente del tipo de revascularización o stent utilizado, está indicada la doble antiagregación durante 12 meses.
Cirugía de derivación coronaria
Para revascularizar el miocardio isquémico se deriva la circulación arterialhasta una zona distal a la obstrucción coronaria mediante injertos arteriales (fundamentalmente la arteria mamaria interna izquierda pediculada) o injertos venosos (sobre todo de vena safena interna).
Los injertos de vena safena presentan tasas de oclusión del 10-15% en el primer año, y a los 10 años el 40% están ocluidos. Por el contrario, la permeabilidad a largo plazo de los injertos de arteria mamaria interna es del 85% a los 10 años, ya que se trata de una arteria especialmente “inmune a la aterosclerosis. Por este motivo se debe plantear, siempre que sea técnicamente posible, la revascularización de la arteria descendente anterior con la mamaria interna izquierda, ya que los resultados serán mejores, y del resto de vasos con injertos de safena o arteriales.
La vía vlásica de abordaje ha sido la esternotomía media, y la cirugía cardíaca se realiza con el corazón parado en diástole con solución cardiopléjica y circulación extracorpórea.
En cuaflto a las complicaciones, presenta una mortalidad del 1-4% (aumenta con la presencia de disfunción ventricular, con la edad, la comorbilidad y la menor experiencia del equipo quirúrgico), infarto perioperatorio (5-10%), infecciones (esternotomía, mediastinitis…), ictus, taponamiento pericárdico, sangrado, etc.
En pacientes de alto riesgo, la cirugía ha demostrado mejorar la supervivencia frente al tratamiento médico en caso de estenosis de tronco izquierdo, estenosis proximal de los tres vasos principales o de dos de ellos si uno es la descendente anterior. En pacientes de bajo riesgo el beneficio pronóstico no se ha probado (dicho de otro modo, el tratamiento médico es tan eficaz como la cirugía en pacientes con angina estable, buena función sistólica y enfermedad de uno o dos vasos sin afectación de la descendente anterior proximal). El alivio sintomático de la angina se puede obtener en más del 90% de los pacientes tras una revascularización completa.
Elección de la técnica de revascularización
Para optar por una técnica u otra hay que valorar:
- Extensión y características de la enfermedad coronaria:
- En líneas generales, cuanto mayor extensión (número de vasos afectados, número de estenosis, longitud de las lesiones, calcificación, etc.) más favorable a la cirugía. El índice Syntax evalúa esas variables ofreciendo información sobre el riesgo de eventos con uno u otro método de revascularización.
- El calibre de los lechos dista les de las coronari as (segmentos sobre los que se injertan los bypass) puede limitar la realización de cirugía.
- Factores clínicos:
- Los pacientes con disfunción ventricular o diabetes se benefician más de la revascularización quirúrgica (especialmente si se afectan varios vasos).
- Se debe estimar el riesgo quirúrgico mediante índices como el Euroscore.
En la Tabla 48 se resumen las indicaciones de ambas técnicas (obsérvese que en ocasiones se pueden solapar y habrá que individualizar la decisión). Es recomendable que la decisión en casos complejos se consensúe por un equipo cardiovascular. En los casos en que puedan realizarse ambas técnicas, la presencia de diabetes mellitus, disfunción ventricular y buenos lechos distales puede hacer que la cirugía sea la técnica más beneficiosa. Actualmente, debido al constante desarrollo de la ACTP, se han ampliado sus indicaciones, siendo accesibles al tratamiento percutáneo la mayor parte de las lesiones. la cirugía de revascularización coronaria debe plantearse en pacientes con enfermedad de tronco y / o 3 vasos con elevada complejidad anatómica (índice Syntax alto), diabéticos o con disfunción ventricular significativa.
Isquemia silente
Demostración en el Holter de cambios electrocardiográficos sugerentes de isquemia miocárdica, pero que no se acompañan de dolor ni de otros síntomas. Estos episodios son frecuentes en los pacientes que padecen angina de pecho, en los que es un factor de mal pronóstico, pero también pueden producirse en individuos asintomáticos que nunca han tenido angina.