Neuroradiología Flashcards
TC craneal que muestra signo de la arteria cerebral media hiperdensa en un infarto agudo de la ACM izquierda.
En la fase aguda, la principal utilidad de la neuroimagen es dilucidar si se trata de un proceso isquémico o hemorrágico, ayudando asimismo a identificar el tejido no necrótico que está en riesgo y que aún puede salvarse. Ésta es la diana de las técnicas de reperfusión precoz.
Si bien la TC puede ser normal en las primeras horas de un ictus isquémico, en ocasiones es posible apreciar signos indirectos de isquemia como la hiperintensidad de la arteria cerebral media, la pérdida de diferenciación córtico-subcortical y el borramiento de surcos, que orientan al diagnóstico del infarto cerebral agudo.
TC craneal. Infarto cerebral subagudo en territorio de la arteria cerebral media derecha.
En la TC craneal el infarto se ve hipodenso (oscuro) en la fase subaguda y crónica.
TC que muestra infarto cerebral en territorio de la arteria cerebral media derecha (área hipodensa) con transformación hemorrágica (área hiperdensa de bordes poco definidos).
Infarto agudo en territorio de la arteria cerebral media derecha. La RM (secuencia FLAIR, que es T2 pero con supresión del LCR) muestra un área hiperintensa a nivel de la ínsula derecha que corresponde a la zona isquémica.
Ictus fase subaguda y crónica
En la fase subaguda y crónica aparecerá una marcada hipodensidad del tejido infartado. La transformación hemorrágica, que ocurre con mayor frecuencia entre el segundo y el tercer día postinfarto, se debe a reperfusión del tejido isquémico, y aparecerá en la TC como un área de densidad mixta (sangre hiperdensa sobre tejido infartado hipodenso).
Las técnicas angiográficas mediante TC o RM nos permitirán además determinar el estado de los vasos, detectando posibles placas de ateroma u otros procesos (disección carotídea), sustituyendo a otras técnicas más invasivas como la arteriografía.
La RM permite identificar procesos isquémicos desde las primeras horas. Además, ofrece mejor resolución que la TC a la hora de ver estructuras de la fosa posterior e infartos corticales superficiales.
La técnica más precoz de detección de isquemia es la secuencia ponderada en difusión en RM (restricción de la difusión), aunque no siempre está disponible para su realización urgente.
RM coronal (secuencia FLAIR) que muestra infarto en protuberancia izquierda.
Ictus hemorrágico (hemorragia cerebral).
La TC es la técnica de elección para descartar sangrado intracraneal, con una sensibilidad para la detección de hemorragia subaracnoidea del 95% en las primeras horas (imagen hiperdensa del sangrado) disminuyendo progresivamente a medida que el sangrado se cronifica y se vuelve primero isodenso y posteriormente hipodenso con respecto al parénquima cerebral.
La localización del sangrado nos permite diferenciar entre hemorragia intraparenquimatosa y hemorragia subaracnoidea. Asimismo, dentro de las hemorragias intraparenquimatosas, la localización también nos aportará información sobre la etiología.
Hemorragias profundas (ganglios de la base) orientarán más hacia etiología hipertensiva mientras que las de localización periférica o lobular nos harán sospechar otros procesos (angiopatía amiloide, anticoagulantes orales…).
TC cerebral en la que se aprecia hematoma intraparenquimatoso izquierdo abierto a ventrículos con desplazamiento de la línea media.
TC cerebral sin contraste ilustrativo de hemorragia subaracnoidea. Obsérvese la hiperdensidad de la sangre en la cisura de Silvio derecha (flechas).
Las imágenes hiperdensas a nivel de los ventrículos cerebrales corresponden a calcificaciones fisiológicas de los plexos coroideos y no deben confundirse con sangrados.
RM cerebral (T2) que muestra imagen en saco de gusanos correspondiente a malformación arteriovenosa a nivel parieto-occipital izquierda.
Aneurisma a nivel de la arteria carótida interna izquierda diagnosticado mediante angio-TC.
Malformación arteriovenosa identificada mediante angiografía.
Imagen angiográfica en la que se observa aneurisma sacular situado en el tope de la arteria basilar.
Malformaciones arteriovenosas
Constituyen las malformaciones vasculares cerebrales sintomáticas más frecuentes.
En RM aparecen como una masa densamente compacta de canales vasculares dilatados (imagen en saco de gusanos) con práctica ausencia de parénquima cerebral en su interior y mínimo o ningún efecto masa sobre el mismo.
Aneurismas intracraneales
La rotura de aneurismas saculares, cuya localización más frecuente es a nivel de la arteria comunicante anterior, constituye la causa más frecuente de hemorragia subaracnoidea espontánea en la edad media de la vida, por lo que ante una TC diagnóstica de HSA deberá realizarse angiografía.
Mediante técnicas angiográficas suelen aparecer como un saco redondeado, lobulado o con forma ampollosa, generalmente en una bifurcación vascular, afectando a un segmento corto de la pared del vaso.
Disección carotídea
Es causa frecuente de ictus isquémicos en jóvenes, bien por oclusión directa o por embolia arterio-arterial secundaria.
La principal localización de las disecciones en la región cérvico-craneal es a nivel de la arteria carótida interna, respetando el bulbo carotídeo y finalizando en la base craneal.
Mediante RM puede identificarse un hematoma intramural semilunar. Las técnicas angiográficas (angiografía de sustracción digital, angio-TC, angio-RM) muestran estenosis que se afila progresivamente, pudiendo llegar a ocluir la luz verdadera.
Angiografía carotídea donde se observa estenosis con afilamiento progresivo de la arteria carótida interna izquierda correspondiente a disección distal al bulbo carotídeo.
RM axial que muestra disección con hiperintensidad del hematoma en la pared carotídea derecha.
TC craneal. Hematoma subdural agudo derecho. Típica imagen hiperdensa (sangre) con forma de semiluna. Obsérvese el desplazamiento de la línea media y la herniación subfalcial.
TC craneal. Hematoma epidural agudo en forma de lente biconvexa.
RM cerebral (T2) donde se observa masa temporal izquierda con efecto masa y herniación transtentorial y subfalcial.
Tumores primarios extraaxiales
En este grupo se incluyen todas las neoplasias que nacen de las meninges, las vainas de las raíces nerviosas, la hipófisis, el interior de los ventrículos y el cráneo.
La masa extraaxial más frecuente y típica es el meningioma. Cuando son grandes deforman la sustancia blanca, expanden el espacio subaracnoideo ipsilateral y provocan a veces cambios óseos reactivos.
Los schwannomas o neurinomas son especialmente frecuentes en el recorrido del VIII par craneal.
Ante una masa en el ángulo pontocerebeloso se debe realizar un diagnóstico diferencial entre diversos tumores que pueden situarse en esta localización, siendo los más frecuentes el neurinoma del acústico (75% de los casos) y el meningioma (10%).
Meningioma.
Esta RM sagital con gadolinio muestra una masa extraaxial sólida bien definida que capta contraste de forma uniforme.
Se observa un engrosamiento de la duramadre adyacente que se denomina cola dural típica de los meningiomas (presente en el 70% de los casos), aunque también se ha descrito en otras lesiones tanto benignas como malignas.
Meningioma.
En esta RM ponderada en T1 con gadolinio se observa un límite hipointenso entre la lesión y el parénquima cerebral subyacente debido a la presencia de LCR; esta imagen típica de las lesiones extraaxiales se denomina signo de la hendidura.
En dicho espacio se encuentran también la duramadre y vasos sanguíneos de la piamadre.