Unidad 6: EL RÉGIMEN DE LA RESTAURACIÓN. CARACTERÍSTICAS Y FUNCIONAMIENTO DEL SISTEMA CANOVISTA. Flashcards
El retorno de los Borbones: el reinado de Alfonso XII (1874-1885)
.El reinado de Alfonso XII (1874-1885) coincide con una relativa tranquilidad a causa de que:
- Se implanta, a imitación inglesa, el turnismo en el gobierno.
- Se termina con la guerra separatista de Cuba.
- Se termina con la guerra carlista.
- Se promulga la Constitución de 1876.
El reinado de Alfonso XII dura 10 años, y durante este tiempo Cánovas estará al frente del Partido Conservador y Sagasta del Partido Liberal.
La proclamación del nuevo rey (un mes después), tiene lugar tras el
Golpe de Sagunto, comenzando así el llamado período de la Restauración que
pretendía:
- Llenar el vacío político y jurídico creado tras la expulsión de Isabel II.
- Conciliar, pacificar y buscar vías de entendimiento entre los partidos políticos.
- Este modelo se fundamentaría en la soberanía nacional compartida entre el
Rey y las Cortes.
- La situación “tolerante” anunciada por la polémica cuestión religiosa sería la
mejor expresión de ese carácter conciliador del proyecto.
A su llegada del monarca
a España, ratificó su confianza en Cánovas, quien en los meses siguientes emprendió
una acción de gobierno encaminada a conseguir tres objetivos:
- La adaptación del régimen a la realidad política y la eliminación de las
decisiones más radicales del Sexenio.
-La gestación de una nueva Constitución.
-La pacificación de la guerra carlista en el norte y de la guerra en Cuba.
El régimen de la Restauración: Cánovas del Castillo
El modelo político y social de la Restauración se caracterizó por la alternancia política de conservadores (Cánovas) y liberales (Sagasta). Antonio Cánovas del Castillo es el hombre clave de la Restauración y para él, el régimen político debía cumplir dos objetivos:
a) Asentar la monarquía como forma de Estado. Para Cánovas la monarquía era consustancial a la historia de España y formaba el pilar básico en que se asentaba el país; debía recuperar, por tanto, el prestigio perdido durante la época del reinado de Isabel II.
b) El marco constitucional: se trataba de conseguir una constitución capaz de crear un sistema que fuera igualmente válido para todas las concepciones políticas, Este último aspecto le preocupaba especialmente, los generales debían abandonar la vida política, y de hecho lo consiguió.
Para todo ello había que convocar Cortes, que elaboraran la nueva constitución de la Restauración. Tras las elecciones generales, se formaron unas Cortes Constituyentes a la medida, que elaboraron rápidamente una nueva Constitución: la de 1876.
El sistema político de la Restauración hasta 1885 se basó en:
- El funcionamiento del régimen tal y como Cánovas lo preveía: el turnismo.
- El programa del Partido Conservador, basado en la defensa del orden social, de la monarquía y de la propiedad.
La acción de gobierno canovista durante los años que van de 1876 a 1880 estuvo marcada por las reformas administrativas y por medidas que reforzaron el control del Estado sobre el ejercicio de los derechos fijados en la Constitución. Se explica el establecimiento de la censura de prensa.
La Constitución de 1876: el marco legal de la Restauración
Los principios fundamentales de la nueva Constitución pueden resumirse así:
1. Soberanía compartida entre las Cortes y la Corona, institución que estaba al margen de cualquier decisión política.
2. Cortes bicamerales, con un Congreso de los Diputados elegido hasta 1890 por sufragio restringido y desde esa fecha por sufragio universal masculino, y un Senado compuesto por tres categorías de miembros:
- Senadores “por derecho propio”, entre los que se encontraban los Grandes de España y las altas jerarquías militares y eclesiásticas.
- Senadores “vitalicios”, nombrados por el Rey.
- Senadores elegidos mediante sufragio restringido por los mayores contribuyentes. Así pues, el Senado quedaba controlado por los grupos sociales y
económicos minoritarios y más poderosos (alta nobleza, terratenientes, generales, alto clero, grandes burgueses…).
3. Afirmación de la Corona como eje del Estado y ampliación de las atribuciones del rey:
- Potestad ejecutiva y designación de ministros.
- Poder legislativo compartido con las cámaras y derecho de veto absoluto sobre los acuerdos de ley de las Cortes.
- Capacidad para convocar, suspender o disolver las Cortes.
- Mando directo supremo del Ejército.
4. Reconocimiento formal de los derechos y libertades individuales, aunque de hecho quedaron limitados o aplazados, produciéndose así un retroceso con respecto a la situación legal definida en las Constituciones de 1837 o 1869.
- Vuelta al sufragio restringido hasta que en 1890, siendo primer ministro Sagasta, el sufragio universal masculino quedó restablecido ya definitivamente.
- Recorte de la libertad religiosa y reconocimiento de la religión católica como la religión oficial del Estado.
La Regencia de María Cristina (1885-1902)
El Pacto de El Pardo
En noviembre de 1885 murió Alfonso XII. Quedó como regente su esposa, María Cristina. El que fuera una extranjera sin experiencia política sembraba serias
dudas sobre su actitud y, además, estaba la incertidumbre sobre un posible heredero (meses después nacería el futuro Alfonso XIII). Esa situación llevó a los dos líderes, Cánovas y Sagasta, a establecer un acuerdo: se comprometieron a apoyar la regencia,
a facilitar el relevo en el gobierno cuando este perdiera prestigio y apoyos entre la opinión pública, y a no echar abajo la legislación que cada uno de ellos aprobara en el ejercicio del poder.
La Regencia de María Cristina (1885-1902)
El funcionamiento del sistema: el caciquismo
El cacique era una persona considerada por su riqueza o influencia en los medios rurales, que recibía la consigna del Ministerio de la Gobernación acerca del
candidato que debía salir elegido en su circunscripción electoral. Entonces el cacique ponía en marcha todos los recursos, que iban desde la compra de votos a la
falsificación de actas electorales, para que triunfara este candidato. Las elecciones eran así una farsa, pues aunque cumpliesen todas las legalidades formales estaban amañadas de antemano por los caciques, que poco a poco van arruinando la moral pública del país haciendo necesario el regeneracionismo. Cuando se consideraba preciso cambiar el color político del gobierno, liberales y conservadores pactaban el cómo y el cuándo. El Rey aceptaba la dimisión de unos y encargaba gobierno a los otros. Una vez operado el cambio de gabinete en altura, restaba legitimar la operación en las urnas. Muchos podían ser los candidatos que aspiraban a la plaza, pero sólo uno sería el “candidato oficial”: el determinado por los caciques (el encasillado).
El turnismo
a) Gobierno liberal (1885-1890)
Los inicios de la Regencia coinciden con la puesta en marcha del segundo gobierno liberal (1885-1890), conocido como el del “Parlamento largo”. Sagasta formó de nuevo gobierno en noviembre de 1885, y su partido obtuvo una holgada mayoría en las elecciones, gracias una vez más a la manipulación electoral. Las principales leyes aprobadas en este período son la de libertad de imprenta (julio de 1883), siempre con el límite del no cuestionamiento de la monarquía pero que, unida a la libertad de cátedra, permitió un importante florecimiento intelectual en los años siguientes. La libertad de asociación fue restablecida mediante la ley de junio de 1887, decisiva para permitir el desarrollo y expansión del movimiento obrero. También se aprobó en 1889 el Código Civil, y sobre todo se restableció el sufragio universal
por la ley electoral de 1890 tras fuertes discusiones en las Cortes y con la oposición de Cánovas; el derecho al voto se ampliaba a todos los varones mayores de 25 años. En cualquier caso, lo que hubiera debido significar el acceso a la vida política del conjunto del país, quedaba totalmente desvirtuada por la manipulación electoral.
El turnismo
b) Gobierno Conservador (1890-1892)
Las primeras elecciones por sufragio universal, en 1890, dieron la victoria al gobierno recién formado por Cánovas, sin que variara lo más mínimo el fraude. Tan
solo en algunas ciudades, como Madrid, se produce una victoria de la oposición republicana en las elecciones municipales. Durante esta corta etapa se adoptaron medidas económicas encaminadas a
modificar el sistema monetario y, sobre todo, a la adopción de una política proteccionista a través de la Ley del Arancel de 1891. Esta responde a un nuevo
marco internacional más proteccionista y, sobre todo, a las demandas de los productores de trigo y de la burguesía industrial vasca y catalana. En el seno del Gobierno aparecen pronto divergencias entre Romero Robledo, llegado al poder por su habilidad electoral y partidario de una política dura en Cuba, y Francisco Silvela, de talante regeneracionista. El enfrentamiento entre ambos políticos conservadores propició nuevamente la llegada de Sagasta a la presidencia del
Gobierno, lo que supone la reactivación del mecanismo del turno pacífico.
El turnismo
c) Gobierno liberal (1892-1895)
El partido de Sagasta se aproxima a la política proteccionista conservadora con la subida de las tarifas aduaneras. Pero lo más destacado del mandato liberal fue el proyecto de reforma para la administración y gobierno de Cuba, propuesta del Ministro de Ultramar Antonio Maura, que fracasó y le llevó a dimitir (1894). La crisis se agudiza por el asalto a la redacción de algunos diarios madrileños por grupos de militares ante
lo que consideran artículos injuriosos contra el ejército, y por la presión que ejerce Martínez Campos para que los periodistas sean juzgados por el fuero militar.
Además, en ese momento se estaba gestando ya la insurrección cubana, que estalló en febrero de 1895. En marzo, ante la gravedad de la situación, Cánovas fue
llamado a formar gobierno. Toda la trayectoria de este gobierno conservador estuvo marcada por la guerra de Cuba y los afanes independentistas de Filipinas, apoyados ambos por los intereses de EE UU.
El republicanismo
Promulgada la Constitución de 1876, el gobierno de Cánovas estableció la distinción entre los partidos políticos que estaban dentro o fuera del sistema, en
función de la aceptación o no de la monarquía restaurada y su dinastía. Esto condujo a dejar fuera del juego político a carlistas y republicanos. El rasgo más característico del republicanismo es su división interna en multitud de tendencias irreconciliables. Sólo les unía el tener una misma opinión sobre la forma del régimen, su heterodoxia religiosa y su semejante extracción social (intelectuales procedentes de las clases medias). Los republicanos estuvieron fuera de la legalidad hasta 1881, año en que Sagasta los legaliza y restaura la libertad de prensa, lo que permitió que volvieran a salir a la calle sus periódicos. El futuro republicanismo actuará en dos direcciones diferentes:
- Un extremismo revolucionario.
- Un partido evolucionista con un programa moderno de reforma social y política.
El socialismo
Durante la Restauración, siguiendo las ideas marxistas de participar en la acción política, se fundó clandestinamente en Madrid (1879) el Partido Socialista
Obrero Español (PSOE). Este partido nacía como consecuencia de una recomendación de la ya
extinta Primera Internacional de Trabajadores: la necesidad de la participación de los trabajadores en la vida política como instrumento para alcanzar el poder y hacer posible la emancipación de la clase obrera. En julio de 1879 se constituyó una comisión para elaborar un principio de programa. Esta comisión estaba presidida por Pablo Iglesias, a cuyo lado trabajaron Francisco Mora, que representaba a los escasos socialistas de Barcelona, y Victoriano Calderón, compañero de Iglesias en la Asociación del Arte de Imprimir. En el primer programa del PSOE se observa una clara influencia marxista en tres ideas básicas:
- El carácter injusto de la sociedad capitalista.
- El propósito de transformar profundamente este modelo de sociedad.
- La utilización de la acción política para lograr esa transformación social.
El sindicalismo católico
Tras la publicación de la Encíclica Rerum Novarum del Papa León XIII, surge un interés por los problemas obreros que cuaja en la creación de las Cajas Rurales en 1892 y en la obra del P. Vicent en el País Valenciano.
La década final del siglo XIX presenció un esfuerzo para hacer presente el catolicismo en la vida pública española y movilizarlo a través de asociaciones
dedicadas específicamente a ello; de ahí la celebración de congresos católicos. En 1908 se fundó la Asociación Católica Nacional de Propagandistas, cuya figura más
destacada fue Ángel Herrera, con la pretensión de dotar a la Iglesia española de un sector de jóvenes capaces de actuar en la sociedad y en la política mediante procedimientos nuevos.
El anarquismo
La llegada de las ideas anarquistas dotó a los campesinos andaluces de un programa claro y
sencillo, comprensible, para una población analfabeta, recelosa y malnutrida. Frente a la participación en política, acorde a las ideas socialistas, los anarquistas incidían en la necesidad de una acción sindical directa a través de la huelga. Como resultado, en los años setenta se produjeron huelgas en el campo y en las ciudades. El anarquismo rural fue desarticulado y pasó a funcionar en la clandestinidad.
¿Por qué el nacionalismo regionalista andaluz no consiguió tener una influencia política importante antes del siglo XX?
El carácter federal y de izquierdas del andalucismo, junto a la falta de una burguesía fuerte que lo apoyase, supuso que no consiguió tener influencia política importante antes de la Guerra Civil, que interrumpió el proyecto autonomista andaluz.