TEMA 9 Flashcards
Origen o raíces de la discriminación femenina
Las mujeres han sido tratadas injustamente a lo largo de la historia, y se les ha privado de derechos fundamentales.
¿Cuáles son las raíces de la discriminación femenina? La ciencia nos dice que la inteligencia del hombre y de la mujer son iguales. La discriminación se basa en una invención cultural.
Desde tiempos remotos, y en casi todas las sociedades, han existido prejuicios o falsas creencias que, a fuerza de repetirse, se consideraron verdaderos; los dos principales son:
El prejuicio que consideraba a la mujer intelectualmente inferior al hombre, incapaz de controlar sus emociones, y que, por ello, necesitaba ser tutelada por una figura masculina: el padre o el marido.
El prejuicio que atribuía a la mujer un peligroso poder de seducción, que podía despertar en el hombre el deseo. Para evitarlo, convenía esconder a la mujer en el hogar, bajo velos o en los monasterios.
De este modo, durante siglos la mujer ha sido recluida en los hogares con la función social de ocuparse de la casa y de la familia, en una eterna minoría de edad, sin derecho a decidir por si misma, porque se consideraba que no estaba capacitada para hacerlo. Derribar estos prejuicios es una tarea muy difícil que aún no se ha conseguido del todo
Origen del movimiento feminista
La gran fuerza que hizo cambiar la consideración social y jurídica de la mujer fue la de los movimientos feministas, lo que nos demuestra que sin la participación de los ciudadanos no se logra el progreso ético:
El movimiento feminista nació a finales del siglo XVIII.
La Revolución francesa no reconoció la igualdad de la mujer, por lo que muchas revolucionarias protestaron: Olympe de Gouges redactó la Declaración de los Derechos de la mujer y la ciudadana.
En Gran Bretaña, Mary Wollstonecraft publicó su Vindicación de los derechos de la mujer, en la que argumentaba que la aparente inferioridad de las mujeres respecto a los hombres se debía a que no habían tenido acceso a una educación apropiada.
Nada consiguieron estas mujeres, pero si marcaron el primer objetivo de las organizaciones feministas: el reconocimiento de sus derechos.
En 1848, se publicó La declaración de Seneca Falls. Sus principales artífices fueron: Lucrecia Mott y Elizabeth Cady Stanton, y fue el punto de partida en la lucha de los movimientos feministas. La tenacidad de las mujeres que participaron en esa lucha es un ejemplo para todos y merecen nuestra gratitud.
Desde finales del siglo XIX y a lo largo del XX, las manifestaciones, las llamadas a la desobediencia civil, la creación de clubes de opinión, la incorporación de mujeres a la vida pública, fueron dando sus frutos y se fue reconociendo el sufragio femenino en muchos países occidentales.
En las últimas décadas ha cambiado radicalmente la situación juridica, social, educativa y política de la mujer, gracias al reconocimiento de la igualdad de derechos de todos los seres humanos. Puede decirse que este ha sido el cambio social más importante sucedido en el pasado siglo.
Pero sin embargo, la situación de la mujer continua siendo injusta en muchos países
Evolución histórica de los Derechos de la mujer en España
El feminismo español surgió mucho más tarde que en el resto de los países occidentales.
En primer Lugar, es necesario referirse a mujeres concretas que fueron las primeras impulsoras de la emancipación de la mujer en la España del siglo XIX: Concepción Arenal y Emilia Pardo Bazán. Fueron las pioneras en luchar por la dignidad de las mujeres.
Desde el principio, el feminismo español no se centró en cuestiones políticas, sino en alcanzar el reconocimiento social del rol tradicional femenino.
También enfocaron sus reivindicaciones en la exigencia de derechos civiles que protegieran a las mujeres ante los abusos a los que eran sometidas.
Los mayores éxitos del primer feminismo español se produjeron en la educación. A finales del siglo XIX, la tasa de analfabetismo femenino era del 71 %. El acceso de las niñas a la escuela primaria, donde pudieran obtener una educación básica, dio lugar a un intenso debate a principios
del siglo XX.
A partir de 1918, se hizo presente en España la reivindicación del derecho al voto: para ello se creó la Asociación Nacional de Mujeres Españolas, además de otras agrupaciones y asociaciones de mujeres. El voto femenino se logró finalmente en la Constitución republicana de 1931, y se ejerció en 1933. Las mujeres más relevantes de estos años pertenecieron a alguna de estas organizaciones: Federica Montseny, Margarita Nelken, Maria de Maeztu, Clara Campoamor, Victoria Kent o Maria Lejárraga.
Durante el franquismo se volvió a limitar el nivel de autonomía femenina que se había alcanzado en la República y los años anteriores. Ya hacia 1960 se inició un tímido avance en algunos aspectos, gracias a la presión de la sociedad civil y de grupos feministas
La Constitución española de 1978 recoge en su articulo 1la igualdad efectiva de todos los españoles ante la ley. La inclusión del principio de igualdad fue un hecho histórico muy importante para avanzar y mejorar la situación de la mujer en nuestro país. A partir del mandato constitucional, comenzaron a abolirse todos los artículos, normas y leyes que resultaban discriminatorias.
En 1983 se creó el Instituto de la Mujer, con el fin de promover y fomentar la igualdad social de ambos sexos y la participación de la mujer en la vida política, cultural, económica y social. Además, cada comunidad autónoma cuenta con su propio instituto o consejería.
En los últimos años, se han promulgado varias leyes que afectan a las mujeres y que intentan corregir situaciones discriminatorias:
La “Ley integral contra la violencia de género” contempla aspectos educativos y legales, regula sistemas de protección de las víctimas y pone diversos recursos a disposición de las mujeres que se encuentren en situación de violencia.
La “Ley para la igualdad efectiva de hombres y mujeres” establece un marco de medidas positivas económicas, laborales y fiscales que incentivan la contratación de mujeres.
Otras normas, leyes, y acciones positivas tratan de mejorar la situación de la mujer en España, como las medidas destinadas a conciliar vida familiar y laboral [bajas de maternidad o paternidad, reducción de horario laboral, excedencia, ayudas económicas].