Otto Ronda de Presentaciones Flashcards
CAMILO: Tranquila seño, no pasa nada.
OTTO: Buenas tardes.
CAMILO: Pase, pase sin miedo, ni que lo vayamos a morder.
OTTO: Eso espero.
MARÍA: ¿Y usted también tiene cita con el Doctor Cooper?
OTTO: Sí, claro.
CAMILO: Orele, tranquila, seguro nos estamos preocupando sin razón. Vamos a ver primero qué dice el Doctor Cooper. (A Otto) ¿no quieres entrar?
OTTO: Sí, me encantaría.
CAMILO: Orale pásale, te está esperando una silla.
OTTO: Sí, pero… hay líneas.
CAMILO: ¿Qué líneas?
OTTO: El dibujo del suelo. Yo nunca piso una línea cuando camino, nunca. Y aquí está todo lleno.
CAMILO: (Contando las lineas en el suelo) Pues sáltatelas. Solo tienes 172.
OTTO: Sí, pero… me da miedo que se burlen de mí.
CAMILO: A ver ¿te burlaste de Fred en su último ataque?
OTTO: Pues no.
CAMILO: ¿Y te burlarías de mí si hago algo que no veas normal?
OTTO: No, claro que no.
CAMILO: ¿Y con las señoras y señoritas?
OTTO: En lo absoluto, jamás.
CAMILO (acercándose a un distribuidor de agua): ¡Ya se armó! ¿Alguien quiere un vaso de agua?
OTTO: Yo.
CAMILO: ¡Está bueno pues!
OTTO (a Camilo, señalando su silla): ¿Le importaría cambiarme de lugar?
CAMILO: Nombre, me da igual.
OTTO: ¿A qué Terminal llegan los vuelos de Austin?
CAMILO: A la 2 o a la 1.
OTTO: ¿Y cuánto cree que va a tardar?
CAMILO: Una hora si es Uber, tres cuartos si es de sitio y media hora si se llama Camilo.
OTTO: Si es media hora no es tanto.
CAMILO (A Otto): ¿Pero qué haces?
OTTO: Nada, dándole armonía al conjunto. ¿A nadie le molesta el desorden?
CAMILO (mirando la biblioteca): ¿Qué desorden?
OTTO: ¿No ven que no está simétrico?
MARÍA: Ni yo. Sobretodo con la llave abierta.
OTTO: A mí me dijeron que era un trabajo en grupo.
FRED (nervioso): ¿En serio? ¿Y quién te lo dijo?
OTTO: El médico que me recomendó al Doctor Cooper.
LILÍ: ¡Ego-ego-ego-ego-ego-ego! (Todos miran a Lilí muy intrigados).
OTTO: Yo hice una terapia de grupo hace dos años y allí nadie se burló de nadie.
CAMILO: ¡Natural!
OTTO: Miren, ¿saben lo que tendríamos que hacer?
CAMILO: No.
OTTO: Una ronda de presentaciones.
MARÍA: ¿Dios Santo y eso por qué?
OTTO: Porque creo que lo vamos a tener que hacer delante del doctor. Así que, si lo hacemos ahora, además de ganar tiempo nos conoceremos un poco mejor y no estaremos tan tensos delante de él.
FRED: Si sólo hay que presentarse…
OTTO: No sólo eso. Hay que decir también la razón de su presencia aquí y su color favorito.
BLANCA: ¿Mi color favorito? ¿Y eso para qué sirve?
OTTO: Dicen que tiene que ver con el estado de ánimo general. Por ejemplo, si usted es depresiva, su color será ,seguramente el negro. Y si es optimista, será el rosa.
CAMILO: Hay que tener cuidado con el rosa, ¿eh?, porque el que la “rosa” pierde. A ver, ¿quién empieza?
OTTO: Va, yo mismo. Bueno, pues… me llamo Otto. (Gritando) ¡O.T.T.O.!
CAMILO: Menos Fred, claro está, no lo hace adrede.
OTTO: Bueno, pues repito… Otto, 22 años, soy diseñador de videojuegos y sufro varios TOCS desde la adolescencia. Los más importantes son mi incapacidad total para caminar por encima de las líneas y mi fascinación por la simetría y el orden.
BLANCA: ¿Y cual es su color?
OTTO: El verde.
BLANCA: ¿Por qué?
OTTO: Porque es el color que está justo en medio del arco iris. Están de un lado el rojo, el naranja y amarillo, y del otro el azul, el índigo y el morado. Tres y tres. Y el verde en el centro.
CAMILO: Lo sabía. ¡Hubiera apostado un ojo!
OTTO: Va, ¿a quién le toca? (Nadie se anima.)
CAMILO: Señora, no me toque al América, ¡que me pongo roñoso! (Se pone a cantar Himno del America) A ver… mi problema… bueno el problema de mi mujer, porque yo me la paso genial, es que a mí me gusta contarlo todo. Con lo cual, visto mi nivel actual de calculitis, tengo dos opciones. O me calmo un poco, o mi mujer pide el divorcio después de 13 años de casados. Eso es lo que hay.
OTTO: ¿Cuantos días son 13 años?
CAMILO: 4,745.
OTTO (silbando, muy sorprendido): ¿Y cuantos minutos?
CAMILO: 6,832,800
OTTO: ¡Sin pensárselo un segundo!
BLANCA (atemorizada): ¡¿Como?!
OTTO: Que no, mujer. Dijo que su manía es la de contarlo todo, nada más. En el fondo es un genio.
CAMILO: Ah, pues lo de genio me gusta.
OTTO (a Blanca): Su turno, Blanca.
MARÍA: Y si estoy aquí es porque tengo una muy mala manía que, según mi médico, ha empeorado al punto de convertirse en… en un TOC.
OTTO: ¿Qué manía?
MARÍA: Esperen. También tengo… pensamientos extraños.
OTTO: ¿Extraños? ¿Extraños cómo?
LILÍ: No, no, yo no. No, no, yo no.
OTTO: Pero si todo el mundo ya lo hizo, hasta Fred y María.
BLANCA: Pues al rato, con el Doctor, no te va a quedar de otra.
OTTO: Blanca tiene razón. Yo me lo tomaría como un training para después, porque en el grupo seremos los mismos. ¡Échale ganas!
LILÍ (tras respirar profundamente y asentir con la cabeza): Me llamo Lilí, de Liliana, y… algo me pasa en la cabeza que me obliga a repetirlo todo. (Todos se disponen a hablar, pero Lilí vuelve a tomar la palabra.) Me llamo Lilí, de Liliana, y… algo me pasa en la cabeza que me obliga a repetirlo todo.
OTTO: ¿En serio? ¿Y te pasa mucho?
LILÍ: No, no, es… es durísimo (riéndose). No, no, es… es durísimo (riéndose).
OTTO: ¿Y qué pasa si no repites algo?
LILÍ: Tengo miedo de morirme.
OTTO: ¿Así de claro?
LILÍ: Tengo miedo de morirme.
OTTO: ¿Así de claro?
FRED (mirando sus documentos): Un momento.
OTTO (a Lilí): Si se fijan, la ventaja de decirlo todo dos veces, es que queda súper simétrico. ¡A mí me encanta!
FRED: ¡Estupidez! Ya se lo dije. Aritmomanía.
OTTO: Yo encuentro que no está mal ponerle un nombre al problema. Me parece un buen principio.
MARÍA: Un año de espera para esto. Me parece inaceptable.
OTTO: Sí, la verdad es que se pasa.
BLANCA: ¿Les importa si abro un momento?
TODOS: ¡Sí!
LA AYUDANTE: No, no, discúlpenme. El avión y él han despegado.
OTTO: ¿Hace cuánto?
MARÍA (a los demás): ¡50 minutos! ¿Y qué se supone que hagamos mientras?
OTTO (registra la biblioteca y encuentra unos juegos de mesa): ¿Quieren que juguemos un juego?
FRED: Depende del juego.
OTTO: A uno de estos juegos de mesa.
BLANCA: Claro que no.
OTTO: También hay unas cartas, Fred, por si quiere jugar un solitario.
MARÍA: Personalmente, no vine aquí para ponerme a jugar, pero si no hay de otra… ¿me puede decir que juegos hay?
OTTO: Además de las cartas… el ajedrez.
CAMILO: Ni con mi descomunal ingenio hay forma de jugar ajedrez con seis.
OTTO: Pues para los seis…
LILÍ: ¿No hay el parchís? ¿No hay el parchís?
OTTO: El parchís es para cuatro, pero hay un Maratón si quieren.
(A nadie parece entusiasmarle la idea.)
OTTO: Okay, okay, que no cunda el pánico.
CAMILO (cerrando la ventana y dirigiéndose a Blanca): Dos minutos, se te acabo el veinte.
OTTO: También hay un Pictionary.
BLANCA (mirando las cajas de los juegos): ¿No creen que las cajas están un poco sucias?
OTTO: No, desordenadas más bien. ¡Miren! Aquí está mi viejo amigo el Monopoly. Ya sé que no es lo más moderno del mundo, pero…