Camilo Ronda de Presentaciones Flashcards
FRED: ¡Chinguen a su madre!
CAMILO (recuperando el aliento): Buenas tardes.
Fred le saluda con un gesto de la cabeza.
Perdone que llegué sin aliento, es que acabo de subir por las escaleras. ¡4 pisos! 88 escalones con exactitud y un desnivel de 22-23 metros, mas o menillo, que he conseguido subir en 21 segundos y 73 centésimas. Nada mal, ¿no? Todavía no hay quién pueda conmigo y eso que me paso diez horas al día clavado en el asiento del taxi. Ya sabe… ¡Ejercicio del bueno!
FRED (con un gesto obsceno): ¡Hijo de puta!”
CAMILO: ¿Qué dijiste maistro? (Pausa) ¿Me lo imagino o acabas de insultar a mi santa mamacita?
FRED: No, no. Le ruego que me disculpe. No lo hago a propósito.
CAMILO (acercándose a Fred, amenazante):¿Cómo que no, si me acabas de pedir perdón por llamarle puta a mi madre? ¿A ti nunca te han reventado el hocico, verdad?
FRED: Por favor, le pido de nuevo que me disculpe. Soy víctima de lo que los especialistas llaman el “Síndrome de Tourette”. Sí, sí. Lanzo insultos y gestos obscenos a la gente sin querer. La culpa no es mía. Se me escapan por la boca sin control.
CAMILO (incrédulo): ¿Estás bromeando?
FRED: No, no, le juro que es la pura verdad. Me pasa desde los 11 años y tengo 43. ¡Llevo décadas yendo al médico! Pero según parece esta enfermedad no se cura. Bueno, sí, si se detecta a tiempo, claro. Aunque a mi edad ya solo quiero… “¡Que chingues a tu madre!” (sacándole el dedo) . (Pausa) ¿ ve? ¡Me sale solo!
CAMILO (mirándolo con pena): Vaya, pobrecillo. (Pausa) Mira, perdoname por mi reacción, pero no sabía
FRED: Tranquilo, es normal. Este malentendido me pasa seguido.
CAMILO:Pero… ¡que gacho debe ser tener eso!
FRED: Sí, fácil no es, no. Aunque con el tiempo uno se acostumbra. “¡Huevos cabrón!”. Lo siento… ¡Estoy en pleno ataque!
CAMILO: Ya veo, ya.
FRED: Por esto es por lo que pedí una cita con el Doctor Cooper. Parece que es uno de los mejores especialistas del mundo.
CAMILO: Uno de los mejores no, ¡el mejor!, según mi médico. Trece meses y medio esperando para que me diera cita. ¡Trece y medio!, ¿te das cuenta? 410 días, 9.840 horas, 590.400 minutos, 35.424.000 segundos. Ya ve. El famoso doctorcito parece como caído del cielo.
FRED: Y además nunca ve a un mismo paciente dos veces.
CAMILO: Me lo dijo también mi médico. Que con su técnica, en una sola sesión, te desbloquea lo desbloqueable.
FRED: En mi caso solo espero que consiga rebajarme las convulsiones, porque curarme… (acaba la frase lanzando un suspiro).
CAMILO: Cuánto lo siento por usted, hombre, de verdad.
FRED (tendiéndole la mano): Fred, me llamo Fred.
CAMILO (dándole la mano): Encantado. Camilo.
FRED: Encantado de conocerlo, Camilo.
CAMILO: Igualmente. Y… ¿por la noche?
FRED: ¿Por la noche qué?
CAMILO: ¿También lo hace?
FRED: No. Afortunadamente, por la noche duermo.
CAMILO: Ya, ya, pero cuando sueña, ¿también le dan ataques o no?
FRED: No, cuando duermo… ¡soy educadísimo!
CAMILO: Mire, ¡al menos! (Pausa) Y esto de insultar…¿cuántas veces le pasa al día?
FRED: No sé. Nunca me he fijado.
CAMILO: ¿Nunca lo ha siquiera promediado?
FRED: Pues no, nunca lo he contado.
CAMILO: ¿Ah, no? ¡Pues vamos a contarlo! Tiene 43 años y me ha dicho que le pasa desde los 11, ¿verdad?