Me busco y no me encuentro Flashcards
Comentario de Me busco y no me encuentro 1/8
Explica el contexto personal de la autora de Me busco y no me encuentro
Me busco y no me encuentro es la expresión poética de un estado anímico angustioso: el de la polifacética artista Josefina de la Torre. Pertenece al poemario Marzo incompleto, publicado en 1968. Su autora, además de por su genuina actividad literaria, fue también conocida por su dedicación al cine y su labor como concertista vocal. Nació esta poeta en 1907 en Las Palmas de Gran Canaria, en una familia de gran tradición erudita y de ideas liberales, y falleció en 2002 en Madrid. Su vinculación familiar contribuye a formar su personalidad progresista y adelantada a su tiempo. Estéticamente, estableció vínculos con la vanguardia hispánica de la primera mitad del siglo XX, la poesía juanramoniana y la generación del 27, fue la segunda mujer a la que Gerardo Diego incluyó en su Antología Poética de 1934, y posee también influencia de poetas canarios como los modernistas Alonso Quesada y Saulo Torón, de hecho a la corta edad de ocho años compuso unos versos dedicados a Quesada. Con estos últimos compartirá el deseo de aunar modernidad e identidad, participando en el desvelamiento de una cultura propia.
El conjunto de su obra no es muy extenso: destacan cuatro poemarios, piezas teatrales y algunos relatos breves. Su primer poemario, Versos y estampas fue prologado por Pedro Salinas quien la denomina como “muchacha-isla” en dicho prologo que hace referencia a su apego por su tierra. Esta obra trata temas del ámbito familiar, los recuerdos de su infancia y el mar. Su segundo libro, Poemas de la isla, insiste en su lirismo compacto. Más tarde publica, Marzo incompleto, en el que se produce un cambio en su voz poética. Ahora se torna más reflexiva y oscura. En esta obra, Josefina de la Torre aborda desde su propio yo lírico, cuestiones universales como el misterio de la vida, la soledad y el desasosiego por la maternidad frustrada, situaciones vitales de hondo calado existencial. Su último libro de poemas fue Medida del tiempo.
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Explica el tema de Me busco y no me encuentro
El tema de este poema es la insatisfacción de la autora consigo misma, su desarraigo vital, pudiendo entender este poema como una vía para poder sacar lo que siente por escrito, razón por la que observaremos un gran desarrollo estético, necesario para poder tratar la complejidad de lo que siente. Este vacío existencial la lleva a expresarse de modo angustioso. Se dice de forma reiterativa en el título y en los versos uno y cinco: “Me busco y no me encuentro”. En estos cinco primeros versos se representa su desasosiego personal que se ve incrementado por la ausencia del hijo añorado: “Rondo por las oscuras paredes de mí misma”. Reivindica el hijo que no pudo tener y se percibe con más claridad según transcurre el poema, particularmente a través de las enumeraciones de los versos ocho y nueve. El hecho de su esterilidad es una constante que vemos reflejado en otros versos de Marzo incompleto (“Bajo el techo seguro,/con el árbol y el hijo./¡Qué sencillo… sin el techo seguro,/sin el hijo ni el árbol./ ¡Qué difícil!”).
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Explica la estructura interna de Me busco y no encuentro
En cuanto a la estructura interna, la autora presenta el tema en los versos del uno al cinco, su búsqueda en el vacío de su propio yo. Esta insatisfacción hace que se identifique con un espacio hermético: “rondo por las oscuras paredes de mí misma”, definido por negaciones o elementos de connotación negativa: “no me encuentro”, “no acierto”, “oscuras paredes”,” silencio”, “torpe vacío”, “incertidumbres”. De los versos 6 al 11, Josefina insiste en su íntimo desasosiego como consecuencia de no haber sido madre. Esa mirada al pasado se resuelve en lo que no pudo ser, y en forma de enumeración señala en el culmen de su gradación, a todo lo existente, englobado en los conceptos” creación “, “universo”. En los versos 12 y 13 vuelve a la búsqueda del principio esperando una vaga respuesta No hay espacio exterior ni interior con el que pueda identificar su propia situación vital. Estos versos finales subrayan el dramatismo del poema, al dejar el sufrimiento de la autora como proceso inacabado. El poema presenta, así una estructura circular determinada por la repetición de algunos versos: “Me busco y no me encuentro”v.1; “no me encuentro a mí misma” (v.5); “rondo por las oscuras paredes de mí misma”(v.2); “Rondo por las sordas paredes de mí misma” (v.13).
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Explica la estructura externa de Me busco y no me encuentro
Respecto a la estructura externa, se trata de una composición de trece versos en la que se combinan versos de arte menor heptasílabos (el uno y el cinco), con versos de arte mayor alejandrinos; estos últimos de clara influencia modernista. Poseen rima consonante el verso 2, el 5 y el penúltimo (-isma); en asonancia riman los versos 7, 8 y 11 (-i); el resto permanecen libres. En esta combinación, los versos largos parecen una proyección de los versos breves. La ausencia de rima en los versos libres acentúa el simbolismo, rasgo característico de la generación del 27 que se observa en la obra de Lorca, así como el carácter reflexivo asociado al mismo.
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Explica el carácter literario de Me busco y no me encuentro
Este poema posee un intenso carácter literario; un alto valor connotativo. Los recursos estilísticos potencian la desconcertante situación vital de la poeta. En este sentido se comprenden las repeticiones y los paralelismos léxicos y sintácticos frecuentes que intensifican el dinamismo interior que late en el texto: “Me busco y no me encuentro”, “No me encuentro a mí misma”, “oscuras paredes de mí misma”, “sordas paredes de mí misma”, además de poder encontrar una aliteración de la “r” (“Rondo por las oscuras…”). “Me busco y no me encuentro” y “No me encuentro a mi misma” además poseen un sentido paradójico, que es comprensible sabiendo la crisis en la que se encuentra la autora, el no poder ser madre hace que pierda una parte de sí, que es incapaz de reencontrar. Son significativas en el plano léxico-semántico las metáforas que giran en torno a un mundo de angustia y desasosiego: “oscuras paredes”, en el verso diez, “No este desalentado y lento desganarse”, con la que se refiere al transcurso de la vida (desganarse) calificándola de forma pesimista: “desalentado y lento”. Pero las que más destacan son las que se refieren a la maternidad, verso ocho, “y no pude ser tierra, ni esencia, ni armonía”; y al hijo ansiado, verso nueve, “que son fruto, sonido, creación, universo”. Destaca la enumeración mediante el asíndeton, que deja libre para la imaginación del lector lo que estas metáforas sugieren y que expresan de forma ascendente lo que no pudo ser, lo que muestra la frustración de la autora. Además de que el uso del asíndeton vuelve mucho más rápidos estos versos que refuerzan el carácter de desahogo. Por último, encontramos el símil combinado con la metáfora en los versos seis y siete: “y ahora voy como dormida en las tinieblas, / tanteando la noche de todas las esquinas”. Josefina refleja con esta imagen ese limbo existencial y trágico en el que habita.
Ahondan también en la subjetividad del poema y en su carácter pesimista, el uso de epítetos de connotación negativa (sordas paredes, desalentado y lento desganarse, oscuras paredes).
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Explica el plano morfosintáctico de Me busco y no me encuentro
En el aspecto morfosintáctico destaca en el poema el uso del estilo verbal. Abundan los verbos en presente de indicativo: “Me busco”, “rondo”, “no acierto” “no me encuentro”, que recalcan en el poema la situación de desolada realidad de la autora y el proceso inacabado de su propia búsqueda. La aparición del pretérito perfecto simple, “no pude” es significativa ya que alude a un pasado fértil irrecuperable. Predomina el uso de la primera persona del singular, debido al carácter subjetivo de la composición (busco, encuentro, interrogo, acierto, voy, pude) se observa esta persona también en los pronombres (mí, me). Además podemos decir que hay escasa adjetivación en el texto y que toda ella es explicativa (“oscuras”, “sordas”). Mientras que muchos de los sustantivos que utiliza son abstractos (“creación”, “esencia”, “armonía”), lo que ayuda a la expresión de sus sentimientos.
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Explica el lenguaje de Me busco y no me encuentro
El léxico usado es sencillo, aunque este tiene un alto valor connotativo, que refleja el dolor de la autora. Respecto al vocabulario, encontramos sinónimos textuales como: (incertidumbre/preguntas; tinieblas/noche; rondo/voy; tierra/esencia/armonía; fruto/sonido/creación/universo), antónimos textuales como (busco/encuentro, silencio/eco, desgranarse (vida)/sombra (muerte)), y campos semánticos como el de oscuridad (vacío, tinieblas, noche, sombra).
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Da una conclusión al comentario de texto de Me busco y no me encuentro
En fin, Me busco y no me encuentro es un poema de marcado signo autobiográfico, y de gran valor literario, pues su autora expresa con singular vena lírica su estado anímico de desasosiego existencial causado por la frustración de una maternidad no realizado, que causaría más dolor aún en la época en la que vivió, cuando era impensable que una mujer no acabara siendo madre. Todo el lenguaje del texto se funde a la perfección con el contenido y nos transmite la emoción angustiosa de Josefina de la Torre que reconoció más de una vez que ante todo, fue y se sintió poeta.