Organo del olfato Flashcards
Órgano del olfato
El órgano del olfato está representado por la región olfatoria de la mucosa nasal, donde se localizan las células neurosensoriales olfatorias que constituyen los receptores olfatorios. La región olfatoria de la mucosa nasal está situada en la parte superior de las cavidades nasales, al nivel de las conchas nasales superiores y se caracteriza porque tiene un color amarillo que contrasta con el rosado del resto de la mucosa.
El epitelio de revestimiento de la región olfatoria de la mucosa nasal es parecido al de la región respiratoria (seudoestratificado ciliado, pero sin células caliciformes), en el cual se distinguen 3 tipos de células (basales, de sostén y neurosensoriales olfatorias) (fig. 55.5). Las células neurosensoriales olfatorias son neuronas bipolares que constituyen los receptores olfatorios, las cuales se caracterizan porque se disponen entre las células de sostén; su prolongación periférica representada por las dendritas, se dirige hacia la superficie libre del epitelio donde termina en una dilatación en forma de bulbo (bulbo dendrítico) del que parten los cilios olfatorios, que son los elementos encargados de captar los estímulos olfatorios, mientras que su prolongación central representada por el axón o fibra nerviosa se dirige hacia la parte basal del epitelio donde se reúnen y forman los filamentos del nervio olfatorio. En la lámina propia de esta mucosa se encuentran las glándulas olfatorias (de Bowman) que son de tipo seroso y su secreción humedece la superficie libre del epitelio y actúa como disolvente de las sustancias odoríferas.
Los receptores olfatorios
Los receptores olfatorios se clasifican como quimiorreceptores, y es necesario que las sustancias estimulantes sean volátiles y difusibles. En el humano el olfato no está tan desarrollado como la visión y la audición, pero tampoco es rudimentario; puede percibir diferentes olores, aunque todavía no se ha podido lograr establecer una clasificación aceptable de olores primarios que satisfaga los distintos criterios al respecto.
Sentido del olfato
Tiene una gran capacidad de discriminar olores di- ferentes, aún cuando las sustancias que los originan se encuentren en pequeñísimas cantidades. Tiene una na- turaleza afectiva aún mayor que la del gusto, importante para la selección del alimento y constituye un excitante primario del impulso sexual sobre todo en animales, aunque contribuye también en el humano.
Propiedades funcionales del sistema olfatorio humano
El sistema olfatorio posee, al igual que el sistema gustativo, una marcada índole afectiva, pero su capaci- dad discriminativa de olores es muy superior al gusto: se detectan hasta 10 000 olores diferentes, en algunos textos se menciona que hasta 400 000. Las sustancias detectadas por este sistema son volátiles, con un umbral muy bajo para ser detectadas. Existe poca discrimina- ción de rangos de intensidades, cierta posibilidad de localización de la fuente odorífera y poca capacidad de detectar su curso temporal
ustificación de algunas propiedades funcionales del sistema olfatorio
Las sustancias percibidas deben ser volátiles, hi- drosolubles y liposolubles ligeramente, y pueden ser distinguidas a bajísimas concentraciones. Por ejemplo, el olor a gas, se percibe por 25 milmillonésimas de mg de mercaptano (sustancia añadida para una identificación rápida de escape de gas) por ml de aire. Este sentido es importante para detectar presencia o ausencia de la sustancia, más que conocer su intensidad.
El epitelio que reviste el techo y porción superior de las paredes lateral y medial de las fosas nasales constitu- ye el órgano especializado en el sentido del olfato, recibe el nombre de membrana olfatoria,o mucosa olfatoria.
En los animales microsmáticos como el hombre la membrana olfatoria es solo una pequeña superficie del techo de la cavidad nasal y tiene una super- ficie es de 2,5 cm2 en cada fosa nasal o total de 5 cm2. Esta mucosa olfatoria es donde más cerca está el sistema nervioso del exterior, y esto tiene importancia médica.
Está conformada por células olfatorias, células nerviosas bipolares (unos 100 millones en el epitelio olfatorio), intercaladas con células de sostén .Las células olfatorias en su extremo mucoso poseen cilios, de cuatro a 25 pelos olfatorios y existen pequeñas glándulas productoras de moco.
También existe un rudimentario órgano vomeronasal.
El epitelio olfatorio es pseudoestratificado cilíndrico
con un grosor de 60 µm y está formado por tres tipos celulares: sustentaculares, basales y olfatorias.
Células olfatorias
Células sustentaculares
Son cilíndricas con numerosas microvellosidades apicales que se proyectan en el mucus que las cubre. Estas células presentan un núcleo pálido y un complejo de Golgi supranuclear prominente. En el citoplasma apical el REL es abundante y presenta gran cantidad de gránulos de lipofucsina que son los responsables del color pardo amarillento de la mucosa olfatoria
Células basales
Son células pequeñas y fuertemente basófilas que están situadas entre las zonas basales de las células sustentaculares y olfatorias. Estas células actúan como células madres en la renovación de las células sus- tentaculares e incluso, según algunos autores, de las olfatorias.
Células olfatorias
Son neuronas bipolares que se distribuyen unifor- memente entre las sustentaculares. Presentan un núcleo redondo que ocupa una zona intermedia entre los núcleos de las células sustentaculares, más superficiales y los de las células basales cercanas a la lámina basal. La por- ción apical de la célula se estrecha hasta constituir una delgada prolongación cilíndrica que se extiende hasta la superficie del epitelio en donde finaliza en forma de expansión que se denomina vesícula olfatoria, la cual se proyecta ligeramente por encima de la superficie. Esta vesícula olfatoria contiene los cuerpos basales de 6 a 8 cilios olfatorios, inmóviles, que salen de la misma en dirección paralela a la superficie. Estos cilios alcanzan 70 a 150 µm de longitud. De la porción basal de la célula olfatoria sale el axón de 0,5 µm de diámetro que atraviesa la lámina basal penetrando en la lámina propia y formando junto a otros axones fascículos de fibras amielínicas que se dirigen hacia la lámina cribosa del et- moides, formando aproximadamente 20 fibras olfatorias que establecen sinapsis con las neuronas ganglionares presentes en el bulbo olfatorio. Resulta rele- vante que esas células olfatorias representan los únicos receptores primarios, de los sentidos especiales.
En la lámina propia de la mucosa olfatoria se locali- zan unas glándulas túbuloacinares compuestas que pro- ducen una secreción fluida que se vierte en la superficie de la mucosa, mediante conductos que la atraviesan, son las glándulas de Bowman cuya secreción baña con- tinuamente los cilios olfatorios.
El mucus olfatorio tiene una o mas proteínas fijado- ras de sustancias odoríferas, (PF50), y éstas concentran sustancias y las transfieren a los receptores pues per- miten que sustancias odoríficas hidrofóbicas atraviesen la capa hidrofílica del moco.
La acción de olfatear es una respuesta semirrefleja que suele ocurrir cuando un nuevo olor atrae la atención.
Estimulacion de las celulas olfatorias
La estimulación de las células olfatorias (Fig. 17.9 A), concretamente los pelos olfatorios, (Fig. 17.9 B) se pro- duce cuando los odorantes se unen al receptor proteico, acoplado a una proteína G, que a su vez activa la adenilato ciclasa, lo cual modifica las concentraciones de AMP cíclico y este ocasiona cambios en los canales de Na dependiente de ligando (Fig. 17.9 C), lo cual excita a la célula olfatoria, provocando despolarización (aunque unas pocas se hiper- polarizan) , lo que aumenta la frecuencia de potenciales de acción.
Los potenciales de acción viajan por los axones de las células olfatorias, que atraviesan el hueso, llegando a unas estructuras llamadas glomérulos en el bulbo olfatorio, con las dendritas de las células mitrales, y estas envían señales a otras estructuras dentro del SNC.
vía olfatoria
La vía olfatoria incluye dos vías: una medial y otra lateral. La vía medial tiene que ver con reflejos primarios de olfacción, lamerse los labios, salivación, etcétera.
La lateral, que tiene que ver con corteza piriforme y porción central de núcleos amigdalinos, que va a casi todas las porciones del sistema límbico, al hipocampo y tiene que ver con el aprendizaje de si nos gustan o no los alimentos, y una descrita más recientemente a los núcleos talámicos dorsomediales, y de allí a la corteza orbitofrontal para el análisis consciente de los olores.
La adaptación a los olores (lo cual a veces es un beneficio), se debe a una adaptación rápida para el olor específico y no modifica el umbral de los restantes y es en gran parte central. Sin embargo, las dendritas y cilios olfatorios tienen una gran concentración de cinasa 2 para receptores adrenérgicos beta, beta arrestina 2. Estas proteínas participan en la desensibilización a res- puestas acopladas con proteína G y AMP cíclico, o sea que también hay respuestas moleculares.
Alteraciones olfatorias
Las mujeres son más sensibles a los olores que los hombres, y la sensibilidad a determinados olores puede variar durante el ciclo sexual y particularmente en el embarazo.
Las alteraciones olfatorias incluyen la anosmia, o pérdida del olfato, las hiposmia e hiperosmia, dis- minución y aumento respectivamente y la parosmia, distorsión del olfato.
Las afectaciones que las provocan pueden ser pérdida de transporte, pérdida sensorial, o pérdida nerviosa. Existe además cierta correlación entre la percepción de ciertos olores y el estado endocrinológico del sujeto.