Escrituras Flashcards
Y aconteció que vivimos de una manera feliz.
2 Nefi 5:27
Porque el Señor Dios ha dicho que: Al grado que guardéis mis mandamientos, prosperaréis en el país; y si no guardáis mis mandamientos, seréis desechados de mi presencia.
2 Nefi 4:4
Mas he aquí, mis hijos e hijas, no puedo descender a la tumba sin dejar sobre vosotros una bendición; porque he aquí, sé que si sois instruidos en la senda que debéis seguir, no la abandonaréis.
2 Nefi 4:5
He aquí, mi alma se deleita en las cosas del Señor, y mi corazón medita continuamente en las cosas que he visto y oído.
Sin embargo, a pesar de la gran bondad del Señor al mostrarme sus grandes y maravillosas obras, mi corazón exclama: ¡Oh, miserable hombre que soy! Sí, mi corazón se entristece a causa de mi carne. Mi alma se aflige a causa de mis iniquidades.
Me veo circundado a causa de las tentaciones y pecados que tan fácilmente me asedian.
Y cuando deseo regocijarme, mi corazón gime a causa de mis pecados; no obstante, sé en quién he confiado.
Mi Dios ha sido mi apoyo; él me ha guiado por entre mis aflicciones en el desierto; y me ha preservado sobre las aguas del gran mar.
Me ha llenado con su amor hasta consumir mi carne.
Ha confundido a mis enemigos hasta hacerlos temblar delante de mí.
He aquí, él ha oído mi clamor durante el día, y me ha dado conocimiento en visiones durante la noche.
Y de día me he hecho osado en ferviente oración ante él; sí, he elevado mi voz a las alturas; y descendieron ángeles y me ministraron.
Y mi cuerpo ha sido conducido en las alas de su Espíritu hasta montañas muy altas; y mis ojos han visto grandes cosas, sí, demasiado grandes para el hombre; por lo tanto, se me mandó que no las escribiera.
Entonces, si he visto tan grandes cosas, si el Señor en su condescendencia para con los hijos de los hombres los ha visitado con tanta misericordia, ¿por qué ha de llorar mi corazón, y permanecer mi alma en el valle del dolor, y mi carne deshacerse, y mi fuerza desfallecer por causa de mis aflicciones?
Y, ¿por qué he de ceder al pecado a causa de mi carne? Sí, ¿y por qué sucumbiré a las tentaciones, de modo que el maligno tenga lugar en mi corazón para destruir mi paz y contristar mi alma? ¿Por qué me enojo a causa de mi enemigo?
¡Despierta, alma mía! No desfallezcas más en el pecado. ¡Regocíjate, oh corazón mío, y no des más lugar al enemigo de mi alma!
No vuelvas a enojarte a causa de mis enemigos. No debilites mi fuerza por motivo de mis aflicciones.
¡Regocíjate, oh mi corazón, y clama al Señor y dile: Oh Señor, te alabaré para siempre! Sí, mi alma se regocijará en ti, mi Dios, y la roca de mi salvación.
¿Redimirás mi alma, oh Señor? ¿Me librarás de las manos de mis enemigos? ¿Harás que yo tiemble al aparecer el pecado?
¡Estén cerradas continuamente delante de mí las puertas del infierno, pues quebrantado está mi corazón y contrito mi espíritu! ¡No cierres, oh Señor, las puertas de tu justicia delante de mí, para que yo ande por la senda del apacible valle, para que me ciña al camino llano!
¡Oh Señor, envuélveme con el manto de tu justicia! ¡Prepara, oh Señor, un camino para que escape delante de mis enemigos! ¡Endereza mi sendero delante de mí! No pongas tropiezo en mi camino, antes bien despeja mis vías ante mí; y no obstruyas mi sendero, sino más bien las vías de mi enemigo.
¡Oh Señor, en ti he puesto mi confianza, y en ti confiaré para siempre! No pondré mi confianza en el brazo de la carne; porque sé que maldito es aquel que confía en el brazo de la carne. Sí, maldito es aquel que pone su confianza en el hombre, o hace de la carne su brazo.
Sí, sé que Dios dará liberalmente a quien pida. Sí, mi Dios me dará, si no pido impropiamente. Por lo tanto, elevaré hacia ti mi voz; sí, clamaré a ti, mi Dios, roca de mi rectitud. He aquí, mi voz ascenderá para siempre hacia ti, mi roca y mi Dios sempiterno. Amén.
2 Nefi 4:15-35
Si me amáis, guardad mis mandamientos.
Juan 14:15
Sed de buen ánimo, pues, y no temáis, porque yo, el Señor, estoy con vosotros y os ampararé; y testificaréis de mí, sí, Jesucristo, que soy el Hijo del Dios viviente; que fui, que soy y que he de venir.
DyC 68:6
Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dice Jehová.
Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.
Isaías 55:8-9
Pero sus criados se acercaron a él, y le hablaron, diciendo: Padre mío, si el profeta te mandara alguna gran cosa, ¿no la harías? ¡Cuánto más si solo te ha dicho: Lávate, y serás limpio!
2 Reyes 5:13
Sí, en verdad os digo que si venís a mí, tendréis vida eterna. He aquí, mi brazo de misericordia se extiende hacia vosotros; y a cualquiera que venga, yo lo recibiré; y benditos son los que vienen a mí.
3 Nefi 9:14
Y cuando vio Jesús a su madre y al discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí tu hijo.
Después dijo al discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa.
Juan 19:26-27
A cualquiera, pues, que me oye estas palabras y las hace, le compararé a un hombre prudente que edificó su casa sobre la roca.
Y descendió la lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos y azotaron aquella casa; pero no cayó, porque estaba fundada sobre la roca.
Y a cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato que edificó su casa sobre la arena.
Y descendió la lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.
Mateo 7:24-27
Creemos que toda sociedad religiosa tiene el derecho de disciplinar a sus miembros por conducta desordenada, de acuerdo con los estatutos y reglamentos de dicha sociedad, siempre que tales procedimientos tengan que ver con su confraternidad y buenos antecedentes; pero no creemos que sociedad religiosa alguna tenga la autoridad para juzgar a los hombres en cuanto al derecho sobre la propiedad o la vida, ni para quitarles los bienes de este mundo, ni poner en peligro la vida o el cuerpo, ni imponer sobre ellos castigos físicos. Solo pueden excomulgarlos de su sociedad y retirar de ellos la mano de confraternidad.
DyC 134:10
Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de lo cual no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte.
2 Corintios 7:10