Carlos I Flashcards
La subida al trono de Carlos I de Habsburgo
La herencia de Carlos I
La política interior
La política imperial
Carlos I tenía en su posesión territorios en el centro y norte de Europa, lo que hizo tener una política exterior de gran envergadura, teniendo que hacer frente a 3 conflictos de manera simultánea: la rivalidad con Francia, la expansión del Imperio turco y la Reforma protestante en Alemania.
Con el reino de Portugal mantuvo unas relaciones amistosas que se iniciaron con la ayuda financiera portuguesa durante el levantamiento de las Comunidades, por lo que se concertó el matrimonio de Carlos I con Isabel de Portugal (1526). La alianza con Enrique VIII de Inglaterra, que estaba casado con su tía, Catalina de Aragón, también fue una constante en su reinado.
Las guerras con Francia
La rivalidad territorial con Francia se centró en Navarra, Cataluña, Borgoña y sobre todo en Italia, donde el ducado de Milán era fundamental para el emperador al conectar dos bloques de su imperio: España-Italia y Austria-Borgoña.
En 1521, Francisco I de Francia aprovechó la debilidad política en Valencia y Castilla y atacó el Milanesado y Navarra. Esta guerra tuvo dos etapas separadas por la victoria que tuvo Carlos I en Pavía (1525) y el Tratado de Madrid (1526) y duró desde 1521 a 1529.
Francia creó una alianza con el Papa Clemente VII y con las repúblicas independientes italianas del norte (Liga de Cognac, 1526), recelosas de la influencia de Carlos I sobre Italia. Esta fase del conflicto se resolvió con La Paz de Cambray (1529) donde Carlos I renunció al ducado de Borgoña y Francisco I dejó sus intentos de conquista en Milán.
El momento culminante de la hegemonía política se produjo cuando Carlos I fue proclamado emperador en Bolonia. Las siguientes guerras que tuvo con Francia fueron guerras de desgaste (1536-1538 y 1542-1544). En ambas, Francia tuvo alianza con el sultán turco, Solimán el Magnífico, pero Carlos logró soportar la presión rival gracias a la alianza que hizo con Inglaterra. El fin de esta etapa ocurrió debido a La Paz de Crepy en 1544.
La expansión del Imperio turco
Desde la época de los Reyes Católicos, la presencia del Imperio turco en el Mediterráneo había supuesto una amenaza para la monarquía. Los contactos de la flota turca con los piratas berberiscos del norte de África perjudicaban el tráfico del comercio y producían temor a las poblaciones de las costas del Mediterráneo, ya que eran atacadas de forma periódica por los piratas.
En el reinado de Carlos I, la ofensiva turca se centró en el Mediterráneo y la Europa Danubiana. En Europa, la conquista de Hungría (Buda, 1526) le llevó a las puertas de Viena, que fue atacada y rodeada en 1529. Hungría dejó de ser un Estado tapón y Carlos I comenzó a crear fortalezas en la frontera húngara para evitar el avance turco, además de confiar en su hermano Fernando, rey de Bohemia y Hungría desde 1526.
En el Mediterráneo, Carlos I lazó una ofensiva contra las bases piratas y ocupó Túnez en 1535. Sin embargo, las demás intervenciones tuvieron victoria musulmana, como el fracaso de la ocupación de Argel en 1541, lugar donde se encontraba la base de operaciones de la piratería berberisca. Las continuas guerras de Carlos I contra Francia impidieron que pudiera enfrentarse con ímpetu contra los turcos, por lo tanto continuó siendo una amenaza.
La Reforma protestante
El problema que más recursos consumió fue la defensa por parte de Carlos I de un imperio católico, ya que tuvo que lidiar con los nobles de la Alemania nororiental que habían escogido el luteranismo.
En la primera etapa, Carlos V de Alemania intentó evitar la ruptura religiosa, por lo tanto, hizo las paces con Martín Lutero y los príncipes protestantes. Mediante las dietas imperiales Carlos quería que católicos y protestantes fueran más cercanos. Pero, en la segunda etapa, intentó mantener la unidad del imperio asumiendo la ruptura religiosa.
El terreno militar de Carlos V se enfrentó a los príncipes protestantes unidos en la Liga Esmalcalda en 1531. Para intentar evitar una guerra civil en Alemania, Carlos firmó la Paz de Nüremberg en 1532, donde se comprometió a no utilizar la fuerza hasta la reunión de un concilio internacional que afrontara la reforma de la Iglesia.
Esta política fracasó y la tardanza del Papa en reunir el concilio hicieron que Carlos V se encargara por la vía militar. Consiguió la victoria en Mühlberg en 1547 y convocó la Dieta de Augsburgo en 1548 para llegar a un acuerdo con los príncipes alemanes, que no fue de mucha utilidad, porque las hostilidades continuaron.
En 1555 decidió cerrar e conflicto con la Paz de Augsburgo en la que permitió que cada príncipe impusiera su religión en sus territorios y abdicó al año siguiente repartiendo sus territorios entre su hermano Fernando, a quien le dejó el patrimonio de los Austrias y el Imperio; y a su hijo Felipe II le dejó los reinos de la Península Ibérica y los territorios de la casa de Borgoña.
Exploración y colonización de América
La explotación y conquista de Nuevo Mundo se produjo en unos 50 años, durante todo el reinado de Carlos I. Al principio los conquistadores se establecieron en las Antillas y América Central, donde fundaron ciudades, enclaves comerciales y explotaciones mineras y agrícolas. Desde allí conquistaron parte de América del Norte, toda América del Sur y Central, excepto Brasil, que pertenecía a Portugal.
Las expediciones las realizaron particulares con ejército propio, donde el rey autorizaba la conquista, acordaba la autoridad de las tierras y les proporcionaba una encomienda, es decir, la posesión de determinados territorios e indígenas para trabajar las tierras que debían proteger y evangelizar.
Exploraciones y rutas de conquista
La administración colonial
Las relaciones económicas entre España y América
Las consecuencias de la colonización
Exploraciones y rutas de conquista
Desde las Antillas y América Central, los conquistadores españoles sintieron atracción por la exploración de nuevos territorios, las zonas con climas agradables y más recursos. También se adentraron en el territorio en busca de los metales preciosos citados en leyendas como El Dorado.
En el norte, Ponce de León, Cabeza de Vaca, Vázquez de Coronado y Cortés exploraron las tierras de Florida, Texas, California y México.
En América Central, Núñez de Balboa, Alvarado y Olid conquistaron Panamá, Guatemala y Honduras.
En los territorios del sur, Pizarro, Almagro, Valdivia y Mendoza conquistaron Perú, Chile y Argentina , y Orellana descendió por el río Amazonas.
Hernán Cortés, un hidalgo extremeño, organizó una expedición en 1519 a México y llegó a conquistar el Imperio azteca y capturó al emperador Moctezuma. Los aztecas consiguieron expulsar a los conquistadores, pero Cortés reconquistó la capital y los sometió en 1521.
Francisco Pizarro, que también era extremeño, se encargó de la conquista del Imperio inca. Consiguió la capital, Cuzco, en 1533 y ejecutó al emperador, Atahualpa.
La administración colonial
Los territorios que se conquistaron en América, pasaron a depender del Consejo Real de Castilla hasta 1524, que fue cuando se creó el Consejo de Indias, que gobernaba las colonias por medio del control administrativo, judicial y eclesiástico. Con las Leyes de las Indias tuvo una importante labor legislativa, ya que se debían regir.
Por debajo del Consejo Real se encontraban los virreyes como representantes en los dos virreinatos: Nueva España y Perú. Los virreyes tenían responsabilidades civiles, militares y judiciales y aspectos seculares del gobierno eclesiástico. Los virreinatos tenían un número indeterminado de gobernaciones lideradas por gobernadores.
En las zonas más peligrosas o estratégicamente de mayor importancia se crearon las capitanías generales. La administración de justicia estaba determinada por las Audiencias, que limitaban el poder a los virreyes.
Las relaciones económicas entre España y América
Las tierras de América fueron una gran fuente de ingresos para Castilla, ya que se quedó con el monopolio del comercio. La Casa de la Contratación, con sede en Sevilla, se encargaba de fiscalizar la entrada de productos de América como el oro y la plata y de organizar y abastecer las expediciones de las flotas de Indias.
Los colonizadores explotaban las plantaciones agrícola y traían productos desconocidos como el tomate, la patata o el cacao. De igual manera, se llevaban allí animales desconocidos para los americanos, como caballos o cerdos y otros productos como legumbres, vino, artículos manufacturados, armas y esclavos de África. Sin embargo, el mayor interés de los conquistadores era la extracción de los metales preciosos, por lo que explotaron minas como la de Potosí (Bolivia) y Zacatecas (México).
La llegada de los metales preciosos a Castilla provocó la revolución de los precios. Durante el siglo XVI se produjo una alza de cuatros veces el valor de los productos entre 1501 y 1601. Esto ocurrió, porque hubo una circulación masiva de metales preciosos llegados de América sin haber aumentado la producción de bienes.
Muchos de los metales iban a Europa, ya que la Corona mandaba importantes cantidades de dinero para hacer frente a su política exterior. Además, la Corona de Castilla exportaba materias primas, pero los productos elaborados los tenía que costear, ya que eran importados. Esto provocó una balanza comercial deficitaria.
Las consecuencias de la colonización
Los indígenas fueron considerados vasallos, pero aún así sufrieron explotación y abuso en las minas y plantaciones agrícolas. Esto generó protestas por parte de misioneros, como fray Bartolomé de las Casas. Por ello, la Corona creó las Nuevas Leyes en 1542, para eliminar estos comportamientos como la esclavitud o las encomiendas. Sin embargo, la explotación continuó y eso junto con las enfermedades que llevaron los europeos hubo un descenso de población autóctona.
La llegada de mujeres españolas y esclavos africanos generó un mestizaje poblacional, lo que supuso una sociedad jerarquizada con criterios raciales. La colonización enriqueció culturalmente los territorios de América, como la lengua, el arte o la religión católica.