Anécdotas Flashcards
Anécdotas
Teatro al Aire Libre
Por todo el pueblo se corrió la voz que se estaba preparando un teatro en el patio de Perucatti. En la plaza se había preparado un baile y a la hora establecida empezó a sonar la música. Pero al enterarse de la presentación teatral, toda la gente se desplazó al lugar del teatro para gozar del especáculo, quedando desierta la plaza del baile.
Anécdotas
El abrigo de Don Bosco
La admiración por Don Bosco en París era extraordinaria. Durante su estancia en la capital francesa muchos se afanaban por poder conseguir y conservar algún recuerdo suyo como reliquia. La condesa de Combaud le había pedido insistentemente que le cediera su abrigo. Don Bosco le decía que no podía quedarse sin él. La condesa le dijo que buscara otro, le preguntó cuanto costaba, Don Bosco le responde que ochenta y ella le dio 100.
Anécdotas
Vete a la Bomba
CUando los educadores se quejaban con Don Bosco de que los jóvenes no los escuchaban y que no sabían cómo contactarlos, Don Bosco les decía: Vayan a la Bomba.
Había en el patio de Valdocco una fuente alrededor de la cual los jóvenes se arremolinaban para beber o para ablandar el pan duro del desayuno.
Anécdotas
Las pildoras de María
Desde que era seminarista. Don Bosco se industriaba para aliviar a los enfermos invocando a María Santísima. Consistía su industria en distribuir una especie de píldoras de miga de pan, o unos polvos, mezcla de azúcar y harina de maiz, imponiendo a los que recurrían a su ciencia médica la condición de acercarse a los sacramentos y rezar un determinado número de Avemarías, Salves u otras oraciones a Nuestra Señora durante tres días y otras, durante nueve. Lo cierto es que hasta los enfermos más graves se curaban.
Anécdotas
Don Bosco y la recolección diferenciada de residuos
Don Bosco demostró preocupación ambiental y social anticipada en 1885 al proponer la reutilización de desechos, como huesos, para beneficiar a los huérfanos de sus institutos en Turín. Propuso la recolección selectiva y recompensas espirituales para colaboradores, mostrando su enfoque visionario en caridad cristiana y sostenibilidad.
Anécdotas
El hijo de la vendedora de frutas
Durante los años de estudiante en Chieri, Juan Bosco pasó dos años instalado en la cafetería Pianta, dividiendo su tiempo entre los servicios de empleado y los estudios. Algunos de sus compañeros, conociendo su penuria, le llevaban de cuando en cuando alguno para suplir la escasez de su manutención. Especialmente José Blanchard, hijo de una vendedora de frutas, con permiso de su madre, le llevaba a menudo pan, castañas, manzanas.
Pronto se perdieron de vista. Pero nunca se olvidó Don Bosco de este amigo generoso.
Anécdotas
Durante los años de estudiante en Chieri, Juan Bosco pasó dos años instalado en la cafetería Pianta, dividiendo su tiempo entre los servicios de empleado y los estudios. Algunos de sus compañeros, conociendo su penuria, le llevaban de cuando en cuando alguno para suplir la escasez de su manutención. Especialmente José Blanchard, hijo de una vendedora de frutas, con permiso de su madre, le llevaba a menudo pan, castañas, manzanas.
Pronto se perdieron de vista. Pero nunca se olvidó Don Bosco de este amigo generoso.
El Hijo de la vendedora de frutas
Anécdotas
Dos corazones de plata
En el Oratorio, la fiesta de san Juan Bautista era una ocasión muy propicia para que todos los muchachos expresaran sus sentimientos de gratitud hacia Don Bosco, que celebraba en ese día su onomástico. Durante los primeros años se celebraba de una manera muy sencilla.
En los años 1847 y 1848, los alumnos internos se conformaban con leerle algunas cariñosas composiciones de felicitación; y los externos le ofrecían un ramo de flores.
Pero en el año 1849, Carlos Gastini y Félix Revligio tuvieron una idea feliz. Se pusieron de acuerdo secretamente y, durante varios meses ahorraron chucherías, guardaron celosamente sus pequeñas propinas y lograron comprar dos corazones de plata para regalar a Don Bosco en el día de su santo.
Anécdotas
En el Oratorio, la fiesta de san Juan Bautista era una ocasión muy propicia para que todos los muchachos expresaran sus sentimientos de gratitud hacia Don Bosco, que celebraba en ese día su onomástico. Durante los primeros años se celebraba de una manera muy sencilla.
En los años 1847 y 1848, los alumnos internos se conformaban con leerle algunas cariñosas composiciones de felicitación; y los externos le ofrecían un ramo de flores.
Pero en el año 1849, Carlos Gastini y Félix Revligio tuvieron una idea feliz. Se pusieron de acuerdo secretamente y, durante varios meses ahorraron chucherías, guardaron celosamente sus pequeñas propinas y lograron comprar dos corazones de plata para regalar a Don Bosco en el día de su santo.
Dos corazones de plata