8.3 Minotauro Presentación Flashcards
Cuadro del Minotauro
El pintor inglés George Fredric Watts presenta uno de sus cuadros más reverados: El Minotauro, pintado con oleos sobre una tabla rectangular. El cuadro representa el alma y el conflicto interno del mito. Muestra al Minotauro, mitad de espaldas, contemplando con anhelo al mar desde su prisión del laberinto. Transmite su desesperación por liberarse de la jaula en la que le metió su padre, el Rey Minos. O tal vez esta mirando así a la muerte que le traerá Teseo, una promesa de paz. También muestra su hambre, ya que sólo le dan de comer una vez al año.
Esta es la representación más precisa de este mito porque
capta la tristeza y la añoranza del personaje al que todos denominan “bestia”. El cuadro sugiere que quizá solo parezca un monstruo por fuera, que quizá tenga sentimientos y esperanzas humanas y parecidas a las nuestras, y a las de los héroes de este mito: Teseo y Ariadne.
El cuadro presenta la esencia del mito en su verdadera tragedia. Y el estilo relejado del artista, junto con la postura anhelante del Minotauro, transmiten esto. Por el incline de su espalda se puede deducir que ya no tiene esperanza, o incluso que puede haber aceptado su futuro dentro del laberinto.
Minotauro: ¡No, por favor, papá! ¡No me eches!
Minos: No me hagas enojar. Ya sabes cómo me pongo cuando me enfado.
Minotauro: Méteme si quieres, ¡pero por lo menos déjame correr a mi habitación y cogerme el último ejemplar de Crescent City de Sarah J Maas, por favor! ¡No puedo sobrevivir sin él!
Minos: Bah, no seas dramático. Además, no deberías leer novelas románticas. Deberías leer historias de guerra.
Minotauro: ¡Pero papá, no me gustan las historias de guerra!
Minos: Pues ya aprenderás. Te encerraré en el laberinto si hace falta para que leas historias de héroes de verdad.
Minotauro: ¡Nooo! ¡Por lo menos el último! ¡Tengo que saber lo que le pasa a Bryce!
Minos: Bryce puede esperar. Mira, si tanto te gusta leer, léete la Ilíada. Mis criados te lo traerán en unos días.
Minotauro: Pero, ¡papá-!
Minos: De papá, nada. Ahora métete en ese laberinto, ¡o quemaré aquel maldito libro!