Qué rompe la Comunicación empática? Flashcards
El enfoque de Ganador/Perdedor. Quién tiene la razón? La corrección por penitencia y la manipulación psicológica derivada. El gozo inducido por la violencia. La negación de la responsabilidad de nuestras acciones y sentimientos. La agresión de etiquetar a las personas despectivamente.
Quién tiene la razón?
Quién está en lo correcto?
Nuestra sociedad y cultura nos enseña otro tipo de comunicación “no empática” basada en el enfrentamiento moral, donde existe un ganador y un perdedor.
En vez de entender lo que los demás están necesitando y no obteniendo, nuestra atención se enfoca en analizar, clasificar y determinar “quién está bien y quién está mal”, quien está en lo correcto y quien está en lo incorrecto.
Es un juego basado en juicios morales donde a un nivel emocional todos pierden y lamentablemente es el juego predominante en nuestra sociedad y en nuestras vidas.
La corrección por penitencia.
“Ciertas acciones merecen recompensa,
mientras que otras merecen ser castigadas.”
Hace mucho tiempo atrás se introdujo el concepto de corrección del comportamiento a través de la penitencia.
Si alguien se comporta de manera “incorrecta” lo corregimos haciendo que se sientan mal de si mismos por lo que han hecho. Si logramos que se sientan rechazados y culpables, se arrepentirán y cambiarán su manera de actuar.
La manipulación psicológica.
Cuando el castigo se vuelve la norma de correción en nuestra cultura, esto nos permite crear un lenguaje de comunicación capaz de inducir y manipular a otros seres por miedo al castigo, por culpa, por deprecio, por vergüenza y por obligación.
El sistema de corrección por penitencia ha sido tan eficientemente introducido en nuestra sociedad que manipular a través de hacer sentir mal al otro es la norma social que permea inconscientemente nuestro entorno.
“Va a ser una vergüenza si no vienes.”
Manipulación psicológica.
Como cambiar el comportamiento con empatía?
El proceso correctivo por penitencia está basado en hacer que la gente se sienta culpable y se arrepienta de lo que han hecho.
La idea es, que si logramos que se sientan mal, se arrepentirán y cambiarán su manera de actuar.
Con la comunicación empática, en vez de atribuir la causa del conflicto a lo incorrecto del comportamiento del otro, hacemos un esfuerzo en entender las necesidades y carencias emocionales comunes a ambos que no están siendo cubiertas, y buscamos otras opciones que pueden cubrir sus necesidades y las nuestras a un menor costo social y emocional.
Ejemplo de corrección por penitencia
Si alguien maneja de una manera que no me parece “correcta” y quiero contribuir al cambio, bajo la ventana y le digo “Idiota!” Teóricamente el conductor supuestamente debería arrepentirse y corregir su actitud.
Funciona?
Corrección por penitencia
“Las personas que agreden a los demás merecen ser castigadas.”
Enfoque empático
“Las personas que agreden a los demás podrían tener la oportunidad de conocer otras forma de cubrir sus necesidades a un menor costo social.”
El gozo por la violencia
Socialmente hemos llegado tan lejos que en nuestra sociedad se nos educa e incentiva, desde pequeños a gozar de la violencia.
En horario pico vemos en la TV como el “bueno” justificadamente mata o castiga brutalmente al “malo”.
Nosotros vamos al cine y pagamos por ver diversos despliegues de violencia y castigo y luego le compramos juguetes bélicos a nuestros hijos.
La negación de la responsabilidad (acciones)
Hemos crecido en una sociedad acostumbrada a negar la responsabilidad de las acciones que cometemos.
En vez de asumir que somos cada uno responsables de nuestros pensamientos, sentimientos y acciones, responsabilizamos a los demás, o la las circunstancias por nuestros acciones y elecciones.
“Tuve que hacerlo… no tuve elección”,
“Ordenes superiores…no tenía alternativa”,
“Tomo porque soy alcohólico”,
“Mentí porque mi jefe me lo dijo”,
“Empecé a fumar porque todos mis amigos fuman”.
Todos son ejemplos de la negación de responsabilidad de nuestras acciones y elecciones.
La verdad es que en todo momento elegimos hacer lo que hacemos y no hacemos nada que no es nuestra elección. Puede que no nos guste nuestra elección pero es nuestra elección.
Siempre elegimos aunque no nos guste.
Es importante que conscientemente digamos,
“Estoy eligiendo hacer esto
porque quiero.”
Esto no implica que lo disfrutaremos, sólo que es nuestra elección consciente.
Puedo no disfrutar de mi elección pero es mi elección.
Puedo elegir subirme al tren que me va llevar a un campo de concentración como una alternativa a ser asesinado en el instante. No es una elección que me guste, pero es una elección.
Negación de responsabilidad (sentimientos)
La negación de responsabilidad de nuestros sentimientos es un comportamiento socialmente aprendido que busca la manipulación psicológica a través de la culpa, atribuyendo la responsabilidad de nuestros sentimientos negativos al comportamiento de los demás.
“Tu me haces sentir de esta manera.” o “Siento esto porque tu…” son ejemplos de este comportamiento.
Asumiendo la responsabilidad.
Somos totalmente responsables de nuestros pensamientos, sentimientos y acciones.
Lo que el otro diga o haga puede ser el estímulo pero nunca la causa de nuestros sentimientos.
Nuestros sentimientos son el resultado de cómo decidimos tomar lo que los demás hacen o dicen en relación a nuestras creencias y necesidades en cada momento específico.
Al confundir el estímulo, el comportamiento del otro, con la causa, como tomamos la situación, llegamos a creer que es el otro el responsable de nuestro disgusto.
El mecanismo básico de motivación por culpa está basado en atribuir la responsabilidad de nuestros sentimientos a los demás.
La causa de nuestros sentimientos
Los sentimientos negativos son el resultado de nuestras propias necesidades no resueltas.
Por ejemplo: Si alguien llega tarde a una cita y necesitamos afirmación que le importamos a esa persona, podemos sentirnos heridos, si en vez de eso nuestra necesidad es de pasar un tiempo constructivamente, podemos sentirnos frustrados y si nuestra necesidad es de tener un tiempo de tranquilidad en soledad, podemos sentirnos aliviados por la tardanza.
Entonces, no es el comportamiento del otro sino nuestra propia necesidad la que causa nuestros sentimientos.
El “enfado” o el “disgusto” son indicativos de que hemos movido nuestra atención a nuestra mente para analizar y juzgar la situación, en vez de enfocar nuestra atención en sentir las necesidades que no están siendo cubiertas por ambas partes.
Reenfocando nuestra atención
El enfado puede ser utilizado de manera positiva en nuestro aprendizaje de comunicación empática como un llamado de atención, una alarma que nos indica que hemos movido nuestra atención a nuestra mente para analizar y juzgar la situación, en vez de enfocar nuestra atención en sentir las necesidades que no están siendo cubiertas por ambas partes.
Podemos inmediatamente reemplazar conscientemente la frase:
“Estoy molesto porque tu…”
por “Estoy molesto porque estoy necesitando…”
Reemplazando verbos evasivos
Podemos empezar a reemplazar conscientemente frases que utilizamos que implican una evasión de responsabilidad por frases que reconozcan nuestra responsabilidad explícitamente…
De esta manera, conscientemente integramos la responsabilidad y el poder de elección en nuestro lenguaje.
Reemplazar el verbo “debo” por “quiero”.
“Debo hacer a mi cama.”
por “Quiero hacer a mi cama.”
Reemplazar el verbo “debería” por “podría”.
“Debería visitar a mi papá.”
“Podría vistar a mi papá.”
Actuar únicamente desde el corazón.
Cualquier acción que emprendamos que provenga de sentimientos de culpa, obligación, verguenza o miedo al rechazo… alguien pagará por ello. Con baja autoestima, resentimiento, alejamiento, agresión… tus hijos, tu esposa, tu familia, alguien pagará por esa violencia interna.
Podemos tomar el compromiso de actuar únicamente de nuestro deseo natural de contribuir a satisfacer una necesidad de valor, el deso de colaborar conscientemente desde el corazón, fluyendo sin presión alguna.
Estamos diseñados para hacer las cosas con placer y conectados a nuestros corazones.
Es mejor decir “NO” a algo si no proviene del corazón.
La agresión de etiquetar a las personas.
Otro comportamiento lamentablemente aprendido dentro de nuestra sociedad es la costumbre de etiquetar de manera despectiva a las personas.
“Eres un desordenado”,
“Eres un bueno para nada”,
“Eres un egoísta”,
“Eres un flojo”.
Cuando etiquetamos a las personas de manera negativa, o los culpamos por sentimos mal, o los criticamos, o los comparamos no logramos nada positivo ya que como resultado inmediato recibiremos resistencia y una actitud defensiva de parte de los demás. Como resultado, la empatía desaparece inmediatamente.